Por: Manuel Fernández, Everardo Rivera y Miguel Ángel Contreras
Uno de cada cuatro mexicanos está predispuesto genéticamente a la diabetes tipo 2, reveló la UNAM tras participar en un estudio encabezado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
En la Gaceta de la UNAM se aclara que el equipo de investigación identificó un gen de riesgo para esta enfermedad, llamado SFI1.
Este gen tuvo una función de supervivencia en los pueblos originarios del mapa mexicano cuando hubo carencia de alimento y condiciones climáticas extremas e hizo que los nativos fueran “individuos eficientes en acumular grasa; hoy, esta estructura genética nos predispone a diferentes males, pues nuestro estilo de vida actual incluye una dieta altamente calórica y menos ejercicio.”
Puedes ver los resultados de ese estudio en este link: https://www.gaceta.unam.mx/mexicanos-de-los-grupos-con-mas-predisposicion-a-la-diabetes/
Los migrantes añaden un elemento más: al llegar a Estados Unidos adoptan una dieta de alimentos saturados en grasas, azúcares, postres y meriendas con alto contenido de sal, como pizza y papas fritas, reveló un análisis de la Universidad de Carolina del Norte en 2011. Ello genera sobrepeso y obesidad.
Y los poblanos en Nueva York tienen un menú con esta combinación generadora, además, de hipertensión y otras enfermedades cardiacas.
En su “Estudio comparativo del consumo de comida tradicional poblana en Los Ángeles y Nueva York”, los investigadores de la BUAP Ramón Acle, Abigail Claudio, Jessica Santos y Teresa Cerón, afirman que los migrantes que llegan a La Gran Manzana encuentran al alcance de la mano hamburguesas, pizza y comida mexicana “con la trilogía maíz-chile-frijol”.
Y esos tres alimentos principales se encuentran al alcance del bolsillo de los migrantes cuando están hechos con proteínas y carbohidratos de mala calidad, excesos de sal, conservadores y grasa.
Esta alimentación, más el sedentarismo que les impone la jornada de trabajo en las actividades que desempeña la mayoría –construcción y servicios de cocina en restaurantes y otros establecimientos– les resta tiempo para hacer ejercicio y el sedentarismo propicia la diabetes, hipertensión y otros males. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ese cuadro, frente al coronavirus, es una mezcla letal.