Combatieron desde azotea, balcones y ventanas. La mayoría murió en el tiroteo, pero no hay fotos ni biografías de estos héroes revolucionarios
Mario Galeana
Tal vez eran diecisiete, quizá dieciocho. Definitivamente, murieron once. O doce. ¿Durmieron todos en la casa esa noche o cuatro de ellos llegaron por la mañana, cuando las balas ya perforaban los muros? Es verdad que dos eran solo unos niños. ¿Es verdad que sólo dos eran unos niños?
La historia ha sido contada tantas veces que, a fuerza de repetirla, se ha olvidado de contarlos a ellos.
Los hombres que acompañaron a los hermanos Serdán durante el asedio que marcó el estallido de la Revolución Mexicana en Puebla, el 18 de noviembre de 1910, no tienen biografías.
Rastrear su historia es topar con un callejón sin salida.
El gran cronista Pedro Ángel Palou dejó escrito que eran diecisiete. En el primer homenaje que se les hizo en el Congreso de la Unión se repitió ese número. Pero en el Museo Regional de la Revolución Mexicana, que se habilitó en la casa que resistió a policías y soldados, hoy se cuentan dieciocho.
De los seis sobrevivientes se sabe poco. Uno consiguió escapar, los demás enfrentaron procesos judiciales. Casi un año después de aquel día, la mayoría fue liberada. Un par tomó las armas, hizo vida política. Los demás son héroes anónimos: revolucionarios que solo alcanzaron una nota al pie de las páginas de la historia.
DESCIFRANDO EL LABERINTO
En El antirreeleccionismo en la ciudad de Puebla, que incluye una de las crónicas más precisas sobre el enfrentamiento, Palou aseguró que, además de la familia Serdán, diecisiete personas se encontraban en la casa número 4 de la Calle de La Portería de Santa Clara durante el día de los acontecimientos: hoy, hace 113 años.
Allí estaban, a decir de Palou, Rosendo Contreras, Andrés Cruz, Manuel Velázquez, Manuel Paz y Puente, José Clotilde Torres, Francisco Yépez, Miguel Patiño, Fausto Nieto, Jesús Cano, Carlos Corona, Luis Teyssier, Francisco Sánchez, Epigmenio Martínez, Martín Pérez, Andrés Robles, Manuel Méndez, Vicente Reyes, Aquiles y su esposa Filomena del Valle, sus hermanos Carmen y Máximo y su madre, Carmen Alatriste.
En esto coincide también la relatoría que se hizo sobre estos hechos el 19 de noviembre de 1931 en el Congreso de la Unión, cuando se inscribió en el Muro de Honor del edificio legislativo el nombre de Aquiles Serdán.
Sin embargo, en el Museo Regional de la Revolución Mexicana se incluyó el nombre de otro héroe hasta entonces desconocido: Alejandro Espinosa. También se corrigió el nombre de Jesús Cano a Juan Cano.
Según el investigador Patricio Eufracio Solano, exdirector del museo, la investigación que se realizó para elaborar la museografía del recinto los condujo a todos esos nombres. Pero ni siquiera en la institución se ofrecen datos para esclarecer las identidades y las historias del grupo de los dieciocho, salvo de Manuel Velázquez, el más cercano a Serdán.
Palou, mientras tanto, aseguró que todos habían pasado la noche en la casa de los hermanos Serdán, tras haber sido advertidos que al día siguiente se realizaría un cateo. Como la casa era la principal bodega de armas y explosivos del movimiento antirreeleccionista, la decisión fue defenderla.
Pero, en el homenaje que se realizó en el Congreso de la Unión en 1931, se afirmó que Manuel Paz y Puente, Rosendo Contreras, José Clotilde Torres y Andrés Cruz ingresaron a la casa cuando el enfrentamiento ya estaba en marcha.
Sólo en una cosa todas versiones convergen: aquel día, dos niños fueron asesinados.
Manuel Paz y Puente, de 14 años, y Rosendo Contreras, de 12, murieron a balazos. Su participación en la lucha no ha sido clarificada. Se dice que Rosendo era aprendiz en una imprenta en la que se hacía “La No Reelección”, una gacetilla dirigida por Aquiles Serdán. Y, durante el enfrentamiento, las crónicas describen que ambos disparaban, lanzaban bombas.
Quizá esa sea la causa por la que no se subraye tan a menudo la diferencia de edad de los dos chicos entre el resto del grupo. Nadie querría recordar dos manos pequeñas empuñando un fusil.
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LOS INTEGRANTES DE LA RESISTENCIA
La organización de la resistencia de los hermanos Serdán es descrita con precisión por Palou: dos grupos principales eran dirigidos por Máximo, en la azotea, y Manuel Velázquez, desde las ventanas.
Velázquez era el hombre más cercano a Serdán y fue, milagrosamente, el único sobreviviente que no cayó preso. Se habían conocido desde su juventud, a los veintes. Desde entonces, Velázquez lo había acompañado a comprar armas y a repartir propaganda junto a su esposa, Ana María Salgado Uriarte, nieta del fundador de la primera fábrica de talavera en Puebla.
Durante la refriega, Velázquez dirigía a Andrés Cruz, el niño Rosendo Contreras, Miguel Sánchez, Juan Cano, Martín Pérez y Francisco Yépez. Los dos últimos sobrevivieron y, con los años, acudían religiosamente a la ceremonia que honraba cada 18 de noviembre la hazaña en la que habían participado. Sobre los demás, poco o nada se sabe.
Mientras tanto, Máximo Serdán comandaba a Epigmenio Martínez, Fausto Nieto, el niño Manuel Paz y Puente, José Clotilde Torres, Vicente Reyes y Luis Teyssier. De todos ellos, sólo sobrevivieron Martínez y Teyssier.
Algunos aspectos de la vida de Epigmenio Martínez y Fausto Nieto se encuentran documentados.
Nieto era un potosino que trabajaba como técnico impresor y fue responsable de la impresión del Plan de San Luis, el documento toral de la Revolución Mexicana. Estuvo en Texas cuando Francisco I. Madero promulgó el plan y volvió con Aquiles a Puebla, comisionado también para la adquisición de armas.
Martínez nació en Huajuapan de León, pero pronto se mudó a Acatlán. En 1909 llegó a Puebla capital y se incorporó al Club Antirreeleccionista “Luz y Progreso”, que dirigía Aquiles. Después del enfrentamiento, se retiró a la vida privada hasta que, años más tarde, se levantó en armas contra Victoriano Huerta. Terminó siendo diputado por el distrito de Acatlán y, después, se retiró a Hidalgo, donde falleció.
Mientras todos ellos resistían desde las azoteas y los patios, Aquiles y Carmen Serdán disparaban desde los balcones y repartían municiones entre los combatientes. Pero todo fue en vano. La ayudaba no llegó nunca a la casa y, al cabo de cinco horas, los antirreeleccionistas habían sido arrollados.
Muchos años después, Carmen Serdán contó que recibió un recado en la cárcel de alguien que se disculpaba por haber entregado a sus hermanos. Eso siempre la hizo creer que los habían traicionado, y sus sospechas incluso están incluidas en el libro Ser hecho en México, publicado recientemente por Máximo Serdán, bisnieto de Aquiles.
Pero David G. LaFrance, el gran historiador de la Revolución mexicana en Puebla, sostiene otra teoría: “Parece más probable que quienes conspiraban con él (con Aquiles) no estaban preparados para su repentino llamado a las armas dos días antes de lo previsto. Su incapacidad para poner en marcha el plan con tan corto aviso, y la estrecha vigilancia y el agresivo contraataque del gobierno, les impidieron alcanzar al sitiado Serdán”.
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LA CÁRCEL Y LOS SOBREVIVIENTES
Después del enfrentamiento, los sobrevivientes Andrés Robles, Epigmenio Martínez, Francisco Yépez, Luis Teyssier, Manuel Velázquez y Martín Pérez se convierten en fantasmas para la historia oficial.
Sus nombres salpican algunos de los legajos judiciales de la época que han sido recuperados al paso de los años.
Teyssier, Martínez y Robles, por ejemplo, se inculparon completamente del levantamiento para que, el 4 de mayo de 1911, Filomena del Valle y Carmen Serdán fueran liberadas.
De acuerdo con Humberto Morales Moreno, coordinador del Centro de Investigación de Historia Económica y Social del Centro de Estudios Estratégicos (ICGDE) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), esto fue posible debido a la influencia que tuvo en el caso el abogado Francisco Béistegui, que participó como testigo de la defensa.
Béistegui había sido amigo de Manuel Sevilla, el esposo de Natalia Serdán que le heredó la casa en la que ocurrieron los enfrentamientos. Morales Moreno supone que eso explica por qué la segunda hermana nunca fue llamada a juicio.
Después del 18 de noviembre, otros colaboradores de Aquiles Serdán fueron detenidos con base en una hoja de aliados que resguardaba en su casa. La lista incluía a algunos de los ya caídos y a algunos otros sobrevivientes.
Un apunte del investigador Morales Moreno resume lo poco que se sabe sobre sus vidas: “Se infiere que este grupo era de la particular confianza de la familia Serdán. Por la traza de las calles y por lo que sabemos de cada uno de ellos, pertenecían a las capas populares y obreras de la ciudad de Puebla”.
Todos los detenidos fueron liberados entre mayo y noviembre de 1911, tras el triunfo de Madero. De todos ellos nos quedan unas cuantas cosas: los nombres, un par de edades, un par de rostros, algunos datos, muchas dudas.
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LOS HÉROES OLVIDADOS POR LA HISTORIA
Estos son los combatientes en la casa Serdán. Se marca con un asterisco a aquellos que fallecieron en el enfrentamiento
Alejandro Espinosa*
Sin información.
Andrés Cruz*
Sin información.
Andrés Robles
En mayo de 1911, se inculpó del levantamiento junto a Epigmenio Martínez y Luis Teyssier, para favorecer la liberación de Carmen Serdán y Filomena del Valle. Fue liberado entre los meses de mayo y noviembre de 1911.
Carlos Corona*
Sin información.
Epigmenio Martínez
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Aquí se le puede ver en una fotografía tomada a integrantes del Congreso Constituyente de 1916-1917.
Nació en Huajuapan de León, Oaxaca. En 1909 se incorporó al Club Antirreeleccionista “Luz y Progreso”, que dirigía Aquiles y que estaba formado por estudiantes, obreros, ferrocarrileros y campesinos. Tras el asesinato de Francisco I. Madero, se levantó en armas en contra de Victoriano Huerta y, por los méritos realizados en campaña, obtuvo el grado de coronel de caballería.
Al convocarse el Congreso Constituyente que se reunió en Querétaro, fue electo diputado por el distrito de Acatlán, Puebla. Falleció el 11 de septiembre de 1932 en Hidalgo, al cruzar un río en una lancha. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Fausto Nieto*
Nació en San Luis Potosí y, junto a su hermano José, fue uno de los técnicos impresores responsables de la impresión del documento del Plan de San Luis. Ambos trabajaban en el periódico El Mexicano. Después de la promulgación del plan, Fausto Nieto acompañó a Aquiles Serdán en su regreso y, junto con Manuel Velázquez, participó en la adquisición de armas.
José Clotilde Torres y Ramos
Nació en la junta auxiliar de San Felipe Hueyotlipan. Era de origen campesino. Es posible que haya sido integrante del club antirreeleccionista “Luz y Progreso”, dirigido por Aquiles Serdán. En 1953, durante la inauguración de una escuela primaria que llevaba su nombre, el poeta Humberto Murrieta le escribe unos versos: “Los campos de San Felipe/ que a tu paso florecían,/ hou se encuentran solos y tristes/ porque no te ven arar”.
Francisco Yépez
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Originario de Puebla, Puebla. Es el tercero de la fotografía de izquierda a derecha.
Sin información.
Juan Cano
En muchos libros de historia se le nombra Jesús Cano, pero su nombre real era Juan. Formaba parte del grupo cercano a Aquiles Serdán. Dos acontecimientos dan cuenta de su existencia: el primero es un informe del 7 de julio de 1910 que da cuenta sobre las irregularidades en las elecciones presidenciales en el estado de Puebla, que firman él y otros ocho hombres, incluido Aquiles. El segundo momento, según Palou, lo ubica como parte de la comitiva que cuidó a Francisco I. Madero durante su visita a Puebla, el 14 de mayo de 1910.
Luis Teyssier
Tras sobrevivir al enfrentamiento del 18 de noviembre, Teyssier fue detenido por las autoridades porfiristas. En mayo de 1911, se inculpó como responsable de los sucesos para que se liberara a Carmen Serdán y Filomena del Valle. Fue liberado entre los meses de mayo y noviembre de 1911.
Manuel Méndez*
Sin información.
Manuel Paz y Puente*
Tenía 14 años cuando ocurrió el enfrentamiento. Su participación en los sucesos no ha sido clarificada. Algunas versiones apuntan que pasó la velada en casa de los Serdán; otros refieren que ingresó cuando la batalla había comenzado.
Manuel Velázquez
Fue el hombre más cercano a Aquiles Serdán y, sin embargo, nunca ocupó ningún cargo formal dentro de los clubes y las juntas antirreeleccionistas. Nació en Puebla el 30 de septiembre de 1886. Conoció a Aquiles a los veinte años y vivieron juntos en la Ciudad de México. A los 24 fue comisionado para la compra de armas del movimiento. Se casó con Ana María Salgado Uriarte, quien a su vez participó en las acciones de los Serdán entregando propaganda y cartas. Manuel sobrevivió tras abandonar la casa. Después del enfrentamiento, regresó a la capital del país y trabajó como secretario de prefectura, como presidente del Club Democrático Libertador y en el levantamiento de Venustiano Carranza. En 1916 fue regidor del ayuntamiento de Puebla y construyó en el Panteón Municipal un monumento erigido a todos los combatientes de Santa Clara. Murió en el mes de noviembre de 1948.
Martín Pérez
Sin información.
Miguel Patiño*
Sin información.
Miguel Sánchez*
Sin información.
Rosendo Contreras*
Tenía 12 años cuando ocurrió el enfrentamiento. Trabajaba como aprendiz en una imprenta en la que se hacía “La No Reelección”, una gacetilla dirigida por Aquiles Serdán. Su participación en los sucesos no ha sido clarificada. Algunas versiones apuntan que pasó la velada en casa de los Serdán; otros refieren que ingresó cuando la batalla había comenzado.
Vicente Reyes*
De su historia conocemos sólo una dirección: vivía en la calle de la Sacristía, donde se ubica la Parroquia del Santo Ángel Custodio de Analco. De este dato, los investigadores suponen que se trataba de un obrero.