MARIO GALEANA
Cuando el lienzo de la noche se extiende sobre Huehuetla, una comunidad totonaca en el estado de Puebla, las madres entonan para sus bebés un canto que les compara con las estrellas, y a ellas mismas con la luna.
Wa Paa xtsékan / katlini chukamalhati / lakum kit, / kisga-ta tajuma kxputaju (Su mamá la Luna / les canta y les arrulla/ como yo a mi niña / que tengo en la cuna), versa ese antiguo canto tutunakú que los bebés y los niños han escuchado de sus madres, y ellas, a su vez, de sus propias madres, y así ha trascendido por generaciones.
Como esa, hay nanas en las siete lenguas indígenas de los grupos étnicos de Puebla, es decir, en otomí (ñühü), el popoloca (ngíva), el totonaco (tutunakú), el tepehua (lhima’alh’ama), el mixteco (da’an davi), el mazateco (an ngui chikjuu) y también el mayoritario náhuatl.
Y veinte de esos cantos fueron reunidos en el libro Arrullo de luciérnagas. Nanas en lenguas originarias de Puebla, que compila canciones de cuna tradicionales de los municipios de San Pablito Pahuatlán, San Felipe Otlaltepec, Izúcar de Matamoros, San Jerónimo Xayacatlán, Mecapaapa, Pantepec, Huehuetla, Zapotitlán de Méndez, Cuetzalan y San Sebastián Tlacotepec.
Esto fue posible por el trabajo de 15 promotoras culturales y mediadoras, que habitan esas regiones o que viajaron a ellas para preservar la memoria y evocar el canto para la infancia.
“Este es un tesoro o un talismán que las niñas y los niños pueden tener y los padres recordar. Se quedará como un banco de información que tenemos, una manifestación de la riqueza cultural.
Ha sido muy satisfactorio presentarlo en las comunidades donde se recopilaron esos cantos, y es un reflejo de las Sierras Norte, Nororiental, de la Mixteca, de la zona Centro, y de la noche, las estrellas y las luciérnagas”, explicó Daniela Marín, coordinadora estatal del programa Alas y Raíces, responsable de la publicación del libro.
El libro fue ilustrado por Amanda Mijangos y Armando Fonseca, y su naturaleza rebasa los límites de una publicación impresa: es un material didáctico que reúne un vocabulario de las palabras más comunes entre las siete lenguas, y las nanas y arrullos también se encuentran disponibles en plataformas digitales.
Entre las autoras también se encuentra Cruz Alejandra Lucas, escritoraboriginaria de Zapotitlán, quien explicó que dos de las nanas contenidas en el libro le eran cantadas por su madre, pero son conocidas por la mayoría de las personas; no tienen autoría, son arrullos comunitarios.
“Nunca había visto un libro así, donde estuvieran los sonidos que escuchan los bebés en mazateco, o en totonaco. Sonidos que los bebés empiezan a escuchar en sus primeros meses de vida, en el vientre, y ya cuando nacen están familiarizados con ciertos sonidos”, expuso.
El libro ha sido presentado a través de lecturas en voz alta en el preescolar Sor Juana Inés de la Cruz, en la comunidad de Tlapet-lahuaya, en Huaquechula; así como en el preescolar Rosaura Zapata, ubicado en San José las Bocas, comunidad de Izúcar de Matamoros.
También se han presentado lecturas en la Casa de Cultura de San Felipe Otlaltepec, en Tepexi de Rodríguez, y en la cancha municipal de San Jerónimo Xayacatlán.
Su distribución se ha realizado en estas mismas presentaciones, en tanto que las nanas y arrullos pueden escucharse en Spotify como Arrullo de luciérnagas.