El festival de narradores orales se efectúa en la Angelópolis. Hoy y mañana, funciones en casa de cultura, casa puebla, teatro de la ciudad y el museo de los ferrocarriles
Mario Galeana
Fotos: Cortesía
Gala Cuenta Sueños observa en el fuego a un elemento que sirvió a los humanos tanto para alimentarse como para viajar a la luna. Pero más importante aún, un elemento que servía para contar historias.
“Cuando el fuego llegó al planeta, la Tierra tembló, nacieron los volcanes y los seres quedaron impactados, no sabían qué hacer.
“Entonces el fuego tomó la palabra, se hizo presente con la flama y comenzó a contar cuentos, historias y mitos. El fuego tiene un vínculo cósmico, eterno y ancestral. A través de él, podemos contar un sinfín de historias”, narra.
Gabriela Ronquillo Morán adoptó el sobrenombre de Gala Cuenta Sueños hace quince años, cuando se convirtió en narradora oral.
Durante todo este tiempo ha contado historias a niños y adultos. La reciente actividad volcánica del Popocatépetl la hizo darse cuenta de que era el turno de hablar sobre el fuego.
Con ese fin dirige “Cuenta sueños. La fiesta de la palabra”, cita internacional en torno a la palabra oral, la literatura, las artes y la escucha.
Comenzó ayer en la ciudad de Puebla, con una extensión en la ciudad de Tlaxcala el martes.
En su segunda edición anual, el festival reúne a ocho cuentacuentos de Puebla, Ciudad de México, Morelos, Jalisco y Tlaxcala, y tres más de España, Chile y Colombia.
Durante el primer día de festival, los narradores tuvieron un conversatorio y un maratón de historias en la Sala Rodríguez Alconedo y el patio de la Casa de Cultura, respectivamente.
Ayer en el Teatro de la Ciudad se hubo cuatro espectáculos de narración oral escénica con múisca, en los que participaron Lidia Zaragoza, Marcela Romero, Kevin Galeana y Alekos, todos originarios de Ciudad de México salvo por el último, quien es oriundo de Colombia.
Por la noche, en el Foro Cultural Karuzo se presentaron cuentos eróticos e irreverentes, la única función que fue sólo para mayores de edad.
El resto de shows está dirigido a audiencias de todas las edades y son gratuitos.
El segundo día del festival comienza hoy con una barra infantil que se realizará en Casa Puebla, en la cual se contarán narraciones tradicionales de los cinco continentes.
Hay un taller para primera infancia, un taller de creatividad y mediación lectora y un círculo de mujeres.
Durante el último día, mañana, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos será escenario de nuevas narraciones orales dirigidas a niños.
Pero el fuego no recorrerá las calderas que impulsaban las locomotoras, sino los vagones antiguos en donde los participantes escucharán a los cuentacuentos.
A lo largo del festival se incluyen actividades para que los padres puedan expandir la imaginación de sus hijos a través de la oralidad, como explica Gala Cuenta Sueños.
“Las infancias necesitan jugar; hay una necesidad apremiante de que jueguen con algo que tienen y no necesitan recibir de fuera: su cuerpo, su mente y su imaginario.
“Cuando les contamos un cuento, algo en su memoria se expande. Los cantos y los cuentos estimulan imaginarios”, asegura la creadora del festival.
Y añade una intención de largo alcance: “No queremos ser los únicos cuentacuentos, sino que los papás y las mamás vengan y se lleven herramientas para que ellos mismos lo sean”.
El festival es una iniciativa independiente organizada por un equipo de mujeres conformado por Gabriela Ronquillo Morán en la dirección General, Verónica Pérez en producción, Karen Elizabeth Robles Gamiñoe en la dirección de Comunicación.
Hay una parte adicional que efectuá Mariela Morán: la producción audiovisual.
Por último, Alicia Ronquillo y Nidia Higuero son responsables de la vinculación y logística.