Con dos o tres trabajos a cuestas, un mundo editorial que hasta hace muy poco seguía siendo controlado sólo por hombres, más el proceso de maternar a sus hijos, las escritoras enfrentan un mundo de problemas ajenos al de la página en blanco.
En conversatorio dentro de la Fiesta del Libro del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), las autoras poblanas Beatriz Meyer, Ruth M. Rojas, Andrea Rivas, Judith Castañeda y Raquel Hoyos reflexionaron sobre las dificultades que las mujeres enfrentan al abrirse camino profesional.
“Yo, si no estoy tallereando, me cuesta mucho trabajo escribir… por eso de las terceras jornadas, porque tengo tres trabajos y dos hijos, y en la vida personal tengo, además, otro tipo de proyectos”, compartió Rojas, cuentista y editora en El Errante.
A eso se suma que, a nivel local, las iniciativas de fomento a la lectura y el mundo editorial en general, ha estado regido en su mayoría por hombres escritores que han acaparado presentaciones de libros, conversatorios y la difusión del trabajo literario, consideró Hoyos.
“A mí desde hace tiempo me han invitado a presentaciones y a ferias… pero en otros estados. Esta es la primera vez que me invitan en Puebla. En este tipo de eventos me he sentido ignorada, y no sólo yo, porque siempre he visto en las actividades a los mismos escritores y a los mismos señores que abrazan sus proyectos y relegan a otros”, compartió la autora de Maldita, libro de cuentos que ganó el galardón Letras confinadas en 2021.
La escritora Beatriz Meyer, quien ahora encabeza la Dirección de Fomento Cultural de la Secretaría de Cultura en el estado, reconoció que, en buena medida, la falta de visibilidad de las escritoras poblanas se debe a que las instancias gubernamentales no han fomentado la distribución de obras o la publicación de nuevas voces.
“He encontrado libros maravillosos que se quedaron en bodegas. Lo que necesitamos es que las instituciones cobren conciencia de que este trabajo es fundamental. Debe haber mercadotecnia detrás, formar representantes literarios que puedan ir a tocar puertas para colocar libros en editoriales comerciales o independientes”, insistió.
La poeta Andrea Rivas, colaboradora de la revista Círculo de poesía, reconoció que, al margen de las instituciones, tampoco se ha formado una red de autoras locales que compartan su trabajo e incentiven y promuevan las obras de otras.
“En Círculo de poesía he ido publicando a más autoras de todos los lados del mundo. Irónicamente, me ha sido más difícil hacerlo en Puebla. Me resultó más sencillo contactar a un grupo en Nueva Zelanda que poder establecer contacto con algunas personas de aquí”, señaló.
La escritora Judith Castañeda, quien obtuvo el premio Dolores Castro 2021 con su libro de cuentos Unas gotas rojas, añadió que debería haber una relación entre instituciones y escritoras para visibilizar a quienes llevan décadas escribiendo, y a otras que comienzan.