Mario Galeana
En 2019, la poeta ecuatoriana Valeria Guzmán Pérez ganó el Premio Nacional de Poesía Tijuana con un libro que la llevó a las orillas de la muerte, de su propia muerte. La última sección de aquel libro, Ofidias, titulada “Morir de almendra amarga” podía leerse como una sentencia tanto como una despedida.
La sección abre con un poema que dice así: “sembré un almendro/ para colgarme/ lo sembré/ por su veneno/ sembré su linde/ de río amargo/ sembré un almendro/ para amarrarme/ lo sembré/ por prender fuego/ sembré su sombra/ a muerte”.
En la semilla de la vida, s u propia muerte: una almendra amarga.
Un año después, en 2020, el compositor poblano Óscar Alcalá se acercó a la poeta para componer una pieza a partir del poema Encontrar los desaciertos, incluido en el libro Ofidias. El compositor adaptó el poema para que fuera interpretado por el sexteto vocal femenino Túumben Paax.
La composición caló tanto que Óscar Alcalá decidió recrear 20 poemas de Valeria Guzmán en un álbum de 44 minutos que lleva el nombre Morir de almendra amarga. Cantos para mujeres poetas suicidas.
En el trabajo discográfico participaron el guitarrista Alejandro Nava y el sexteto femenino Túumben Pax, integrado por Lucía Olmos, soprano primera; Lorena Barranco, soprano segunda; Carmen Contreras, soprano tercera; Itzel Servín, contralto primera; Julietta Beas, contralto segunda, y Mitzy Chávez, contralto tercera. En tanto que el arte de la portada surgió a partir de una obra de la artista plástica mexicana Rosa Borrás.
El resultado es hipnótico: las imágenes poéticas de Guzmán son trazadas con el canto de las sopranos, que avanzan a través de la música como la luz crepuscular en el amanecer. El tono y la cadencia de su interpretación van in crescendo, como si advirtieran que algo terrible, inevitable, está a punto de suceder.
Como pensamientos fugaces, entre la interpretación de las sopranos se mezclan versos, onomatopeyas, gruñidos, voces guturales.
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La adaptación de la obra poética de Valeria Guzmán estuvo basada en “la sonoridad e imágenes que plantean los textos, además de que ofrece múltiples significados”.
El álbum obtuvo el fondo del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) y fue grabado en el Tecnológico de Monterrey Campus Puebla.
La composición del disco tomó seis meses; más los ensayos, la edición, la mezcla, la masterización, la maquila y el diseño editorial, el proceso de trabajo cerró en un año entero.