Jesús Peña
En Puebla hay una comunidad que hace 140 años llegó de Italia para asentarse en una nueva patria, sin olvidar su herencia cultural, manteniendo así idioma, gastronomía, religión, juegos, música y un fuerte sentido de pertenencia, de identidad.
Con motivo de este cumpleaños fue hecho el año pasado el documental Chipilo, Tera Nostra, dirigido por David Brian Lozano, con la productora Mosquitos Films, y que tiene una duración de apenas 35 minutos.
El estreno fue en Casa de Italia y es de destacar que fue grabado en el dialecto de la región del Véneto de aquel país europeo, que los chipileños han mantenido durante generaciones, aunque adoptando términos de otros idiomas europeos y del español mexicano, por lo que algunos prefieren llamarlo idioma véneto-chipileño.
El documental comienza, de hecho, mostrando este sincretismo cultural de los habitantes, pues el doctor Alfredo Dossetti comienza tratando de definir el significado de Chipilo, para lo cual cita cuatro posibles traducciones del náhuatl: lugar de niños llorones, lugar de hombres pequeños y lugar de cristal fino y tierra brillante y lugar donde corre el agua.
Arturo Berra, director del Museo Chipilo, habla sobre el proyecto del gobierno mexicano por el cual llegaron los italianos fundadores, con el objetivo de producir aceite de olivo, seda y vino. Sin embargo, la producción de la vid fue escasa y de mala calidad.
Comenzaron a sembrar maíz, alfalfa y trigo, para después comprar animales y comenzar con la ordeña de leche, dando paso a los quesos que hoy identifican a la región a nivel nacional.
Luisa Mazzocco, ama de casa y catequista, habla de la experiencia de sus padres en una tierra inhóspita y a la que le sufrieron mucho para salir adelante.
El documental está dedicado a la memoria de Elvira Colombo Zavanse, mejor conocida como Yeya Tata, quien fue la mujer más longeva de la población y quien vivió para conocer a 56 bisnietos. Nació el 29 de marzo de 1923 y falleció a los 99 años, justo cinco días después de su entrevista para el filme.
Chipilo, Tera Nostra es un viaje de emociones de los pobladores, especialmente de los más grandes, quienes narran la pobreza y limitaciones que padecieron en su infancia, así como las razones de sus antepasados para emigrar, el proyecto porfirista con el que llegaron, las regiones italianas de donde provienen.
Lo mismo comparten una oración en latín, el himno de Chipilo, el juego de bochas que preservan y con el cual hacen apuestas, así como los recuerdos de la concina de antaño, como el caso de Candelaria Precoma, quien mientras prepara una polenta (harina de maíz hervida) recuerda las que su madre hacía por kilo, pues tras 17 embarazos sobrevivieron 10 hombres y cuatro mujeres.
El director David Brian indicó que Chipilo, Tera Nostra será un documental que participará en festivales nacionales e internacionales, esperando que se logre su proyección en plataformas digitales, en especial Netflix.