Daniel Aguilar / Twitter: @Danny_aguilarm
Dudo que de todo lo que ha dejado el COVID-19 pueda existir algo positivo, sin embargo, así como hay “males necesarios” en la vida, hubo un equipo que encontró en la pandemia mundial a un gran aliado. Aunque aquel día parece muy lejano, sólo han sido unos cuantos meses, cuando se inició el Spring Training de las Grandes Ligas, ese momento donde todos los amantes de la pelota disfrutamos.
Los jugadores que buscan un lugar en las mayores, los peloteros consolidados que esperan superar la campaña anterior, y sobretodo, los aficionados, que con su ilusión intacta, esperan ver a su equipo alzar el título mundial.
Eso ya estaba sucediendo en los partidos de preparación, también, lo que todos esperábamos, el castigo dentro del juego a la trampa de los Astros de Houston. José Altuve y compañía ya habían sido golpeados por los rivales, la fanaticada abucheaba e incluso se mofaba con el enigmático sonido del bote de basura al ser golpeado por un bate.
Sólo era el comienzo, sólo estaban “entrenando”, la temporada pintaba para ser peor, para que los Astros (castigados sólo con una multa) pensaran en cada golpe o abucheo no sólo en su trampa, sino en la falta de respeto que le hicieron al beisbol.
Los Astros encontraron en la suspensión debido a la pandemia a su mejor aliado, aunque sólo fue para ganar tiempo, para planear algo mediático que haga olvidar lo sucedido, sin embargo, nadie lo olvidará. Aún escucho a mi padre decir que Pete Rose debe ser perdonado e ir al Salón de la Fama.
El COVID-19 nos hizo olvidar la trampa en Houston, pero habrá temporada, habrá 30 equipos buscando el título, sólo que a uno de ellos, sus espectaculares triunfos serán puestos en duda.
Porque deben pagar, más allá de la multa, el faltarle al respeto a la pelota y el descontento de los fanáticos que debe ser lo más doloroso.
PEOR QUE TLÁLOC
Y si el Rey de los Deportes ve en el Dios Tláloc a su peor rival, el invitado más incómodo de los diamantes este año, pasó a segundo plano.
En México, la liga veraniega no resistió más y se hizo oficial la suspensión de la campaña. ¿De lo rescatable? El poner la salud ante todo, si bien, los protocolos de sanidad podían permitir que los juegos se llevaran acabo, no lo fue el plano económico.
Será un largo tiempo de sequía beisbolera, pero tiempo de reflexión. Los derechos de transmisión eran la única opción en la cual se podían apoyar los equipos, simplemente no existen, cada equipo ha operado de forma independiente o incluso sin interés alguno por esta ventana.
La pelota mexicana tiene mucho que dar, se ha evolucionado a tal grado, que hace 20 años un jugador que había militado en las Mayores sólo venía en el ocaso de su carrera, hoy, llegan con un nivel de pelota digno de regresar al Gran Show. Desde el momento que se dio la suspensión, la mesa está puesta para los departamentos de mercadotecnia de cada equipo y sobretodo de LMB.
AFECTADOS EN TODOS LOS NIVELES
He leído con tristeza las manifestaciones de amigos peloteros luego del terrible anuncio, es ahora cuando empieza la labor de los equipos para no dejarlos desamparados, tanto a jugadores como personal del equipo. Y en la inocencia de los pequeños, los campos de la Liga Infantil empiezan a llenarse de polvo, el pasto empieza a crecer y se vuelve complicada la tarea de los padres de familia, hacerle entender a los peloteritos que no es momento para hacer el juego de pelota.
Aguanten pequeños, no importa la dimensión del diamante, para ser un Gerrit Cole que ya se subió a la lomita del mítico Yankee Stadium se debe continuar quedándose en casa.