Actualmente dirige ice&rock, empresa dedicada a las expediciones en alta montañaen el país y sudamérica; próximamente estará en Francia para ascender el mont blanc
César Mendoza tiene en Puebla la base de su empresa Ice&Rock, una agencia especializada en expediciones a alta montaña en México, Sudamérica y muy pronto a Europa, además de que sueñan con convertirse en una de las primeras en el país que llegue alHimalaya.
Este año le tiene un reto importante por delante a César y a Ice&Rock porque todo está listo para que hagan su primera expedición comercial a Mont Blanc en Francia. Aunque tampoco desapartan la vista de que en un futuro próximo se conviertan en uno de los pocos mexicanos que lleguen al Himalaya.
Pero mientras llega a eso, ahora está el tercer ascenso de la semana a la cima más alta del país, pero César no deja de sorprenderse. Está a cargo de un grupo que lo contrató como guía y que por primera vez está subiendo el Pico de Orizaba. Han aprovechado una lluvia que les ha regalado una vista increíble al amanecer.
“La primera vez que subí una montaña fue hace 19 años cuando tenía 20 y me convenció mi hermano de ir al Iztaccíhuatl él ya hacía montaña. En ese primer ascenso viví un mix de emociones porque realmente no sabía lo que iba a pasar y la verdad la pasé muy mal”.
Aunque siempre estuvo cercano a las actividades al aire libre como boy scout y la práctica de deportes como futbol y sobre todo, baloncesto, el desgaste físico para subir una montaña, además de las condiciones que hay a esas alturas, lo arrollaron. Pero a su vez, fue el momento que le cambió la vida.
“Me dio el mal de montaña, tuve náuseas, vómito y mareos, sobre todo cuando dormimos a 4 mil 700 metros de altura. Además, hacía mucho frío porque era temporada de huracanes y juré que jamás iba a volver. El momento que cambió mi vida fue a la mañana siguiente cuando tuve que ir al baño y me tocó ver el amanecer con una nevada increíble que había dejado la tormenta y todos los colores que se desprenden. Después de esto, le pedí a mi hermano que ascendieramos más y llegamos hasta la zona del glaciar, y caminar ahí fue un evento que me cambió para siempre porque a partir de ahí no pude soltar la montaña”.
Ese impacto de caminar por el glaciar ha provocado que hoy tenga nueve años como guía profesional y siete liderando Ice&Rock, con la que realiza ascensos a las cumbres más importantes del país, pero también de Sudamérica, como en Ecuador, Perú, Bolivia y recientemente el punto más alto del continente, el Aconcagua en Argentina.
“Esto es ahora mi profesión porque es a lo que me dedico y de lo que vivo, pero también es un estilo de vida. Dentro de mis primeros pasos fue tomar cursos y así fui conociendo más y perdiendo miedos porque tenemos un lema que todo lo aprendido no te debe ayudar a subir, sino que en un caso de emergencia te debe ayudar a saber cómo bajar”.
Su experiencia le permite afirmar que a los mexicanos les gusta el reto de subir el Pico de Orizaba, pues es el servicio más solicitado. Pero también hay quienes, valientes, se atreven a ascender sin guía, lo que casi siempre termina saliendo mal.
“Cuando nos contactan para ofrecer un servicio, el proceso consta de nosotros hacer un cuestionario a los interesados porque debemos saber sus condiciones físicas, hábitos alimenticios, y antecedentes médicos, ya que es una actividad que implica un riesgo. Nuestro programa está desarrollado para que cualquier persona sin conocimientos técnicos pueda hacer el ascenso. Para los ascensos en las montañas de México de 5 mil metros, se requieren dos días, aunque si el interesado viene de nivel del mar, se le pide un día más para su adaptación”.