La mayor habilidad de la triatleta Fernanda Salazar no es la carrera ni la natación, la mejor cualidad que tiene esta triatleta poblana y que la coloca como una de las grandes promesas del deporte en la entidad, es su versatilidad para adaptarse a los escenarios que se le plantean.
A los cinco años comenzó a nadar, y si bien siempre fue buena dentro del agua, 10 años después dejó las albercas buscando un deporte en el cual trascender aún más y de casualidad conoció el triatlón, disciplina en la que poco tiempo después se convirtió en campeona nacional.
Como todo deportista, sueña con Juegos Panamericanos y Olímpicos, pero sus anhelos también están en su otro rol, el de licenciada en Cultura Física.
VELOCISTA EN EL AGUA
Su vida parecía destinada a la natación, pues desde muy pequeña estuvo en las albercas y por un gran lapso de su niñez y adolescencia, se convirtió en su modo de vida.
“Empecé desde los cinco años, mi papá me enseñó a nadar y fue hasta los 18 años que me pasé a triatlón. Cuando estuve nadando cambié mucho de equipos, pero nunca encontré la forma de dar las marcas para clasificar a campeonatos nacionales. Siempre estuve en el estilo mariposa, nadaba en pruebas de 50, 100 y 200 metros”, dijo.
Sin embargo, a pesar de poder trascender a nivel estatal, no pudo alcanzar parámetros que le permitieran competir a nivel nacional, y la orilló a cambiar de deporte.
“Comencé a competir en natación hasta los ocho años. Inicié a practicarlo en el Alpha, siempre iba a las competencias nacionales y me iba bastante bien la verdad, subía a podios. A los 12 años me pasé al equipo del CENHCH y en 2015 me uní al equipo de la Nelson Vargas, y aunque ahí sentí que elevé mi nivel, nunca pude dar los tiempos para los nacionales, me quedé a uno o dos segundos, no sé si tuvo que ver con mi marca o tener más trabajo de fuerza. Ya al final me pasé al Polideportivo del Parque Ecológico”, comentó.
LA CASUALIDAD DEL TRIATLÓN
A la par que inició a estudiar la licenciatura de Cultura Física, le dio un giro a su vida deportiva por una mera casualidad, ya que sin planearlo un día se involucró con el triatlón.
“Cuando estaba por entrar a la universidad, tomé la decisión de dejar la natación, porque sentía que necesitaba algo más, ya tenía 18 años y no había podido trascender a nivel nacional. Fue un sábado que mi entrenador no llegó, estaba el de triatlón, le pregunté si podía entrenar con ellos, me hizo pruebas y me quedé. El profesor ya me había visto nadar, pero faltaban las pruebas de carrera y ciclismo, yo ya había andado en bici, pero nunca en competencia. Me fue muy bien y así inicié en el nuevo deporte”, recordó.
TRES VECES CAMPEONA NACIONAL
En el 2016 volcó su vida hacia el triatlón y apenas dos años después tuvo su recompensa, pues se coronó campeona nacional en la categoría juvenil.
“Dos años después de empezar a practicar el triatlón fui campeona nacional en distancia sprint, que son 750 metros nadando, 20 kilómetros de bici y cinco kilómetros corriendo. Ahí me di cuenta que este era mi deporte, la carrera se me dio con mucha facilidad. Ese 2018 fue muy emocionante, fue una experiencia que nunca olvidaré. Desde el viaje porque la competencia fue en el parque Xel-há y me fui en camión, hubo un accidente en la carretera y el traslado fue de unas 20 o 22 horas, eso provocó que llegara tarde a la competencia”, señaló.
Con ese envión anímico que significó la gloria deportiva de ser campeona nacional, algo que había buscado desde su etapa en la natación, siguió retándose.
“Ya con este resultado, mi entrenador se animó y quiso que compitiera en la distancia olímpica que es todo al doble, esto aumentó mi carga de entrenamiento, yo estaba acostumbrada a ser nadadora de velocidad y el cambio fue rotundo para el triatlón. Tuve una buena adaptación y en el 2021 me coroné campeona nacional otra vez en Xel-Há. Ese mismo año, si bien no me especializo en duatlón, pero lo practico como entrenamiento, participé en dos competencias y una fue el nacional y lo pude ganar”, indicó.
DEPORTE Y ESTUDIO, SU VIDA
Fer nunca descuidó otro de los rubros importantes de su vida, el estudio, pues mientras más se potenciaba cómo triatleta, también se concentraba en poder graduarse.
“Todos mis compañeros me preguntaban que cómo le hacía para dividir mis horarios entre entrenamientos y la universidad, es más, yo misma me preguntaba cómo le hacía, pero estoy convencida que es algo que sí se puede hacer. Mis entrenamientos se acoplan muy bien porque yo entreno en la madrugada entonces eso me daba el día libre, sí fue pesado sobre todo cuando me tocaron mis prácticas, pero aun así pude dar buenos resultados. Fueron cuatro años pesados, pero todo con orden se puede. Egresé a mediados del 2020”, explicó.
«Dos años después de empezar a practicar el triatlón fui campeona nacional en distancia sprint, que son 750 metros nadando, 20 kilómetros de bici y cinco kilómetros corriendo»
2023, EL AÑO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN
Desde el año pasado compite en la categoría élite, pero en este 2023 está lista para dar el salto a la internacionalización.
“De 2018 a 2021 clasifiqué a los Mundiales en categoría por edad porque no pude juntar el dinero para hacer el viaje. Pero 2022 fue un año complicado, fue el primero ya como categoría élite, con esto ya busco clasificar a eventos internacionales porque empiezas a rankear a nivel mundial y ya dependiendo tus puntos puedes clasificar a Juegos Panamericanos o Juegos Olímpicos. Mi primera competencia en esta temporada será en Ciudad del Carmen en abril en distancia super sprint. Considero que me va a ir bien, mi fuerte es la carrera y no la natación, y sobre todo porque me adapté como velocista y no de resistencia. El 20 de mayo es el triatlón de Ixtapa, es una competencia internacional en distancia olímpica. Siento que estoy muy bien preparada para esto”, destacó.
ME SIENTO CAPAZ DE IR A UNOS OLÍMPICOS
Tras cinco años como triatleta, Fernanda Salazar sueña con llegar a la cúspide, clasificar a unos Juegos Olímpicos.
“Quiero acercarme lo más posible a la clasificación para Los Ángeles 2028, a mi punto de vista considero que no es tan difícil, pero sí tienes que dedicarte a cien por ciento a esto, pero estoy convencida que puedo lograrlo”, afirmó.
Además, sabedora que la vida como deportista es corta, también ya planea lo que quiere hacer una vez se retire.
“Quiero dar clases de iniciación deportiva para niños, me he dado cuenta muchos no conocen qué es la cultura física, se piensa que sólo es la educación física, entonces quiero hacer un cambio de perspectiva. Muchas veces en las clases de educación física solamente te dan el balón, pero los niños necesitan más que eso. En un futuro quisiera poner un centro de estudios biomecánicos para deportistas”, finalizó.