No hay adversidades que apaguen el espíritu aventurero del futbolista poblano Alfredo Juraidini, quien ha empezado una nueva etapa en la Premier League de Líbano tras firmar con el Shabab Al Sahel, su tercer club en dicha competencia.
Con 26 años, el nacido en Teziutlán jugará en su cuarto equipo fuera del país, tras el River Plate de Paraguay en 2016, además de su antecedente en el campeonato libanés, a donde llegó por en 2018 para jugar en el Salam Zgharta y el Al Ansar.
En entrevista con Crónica Puebla, ‘Jura’ platicó sus expectativas de regresar a un país en el que nacieron sus abuelos y en el que estuvo en su primera etapa de 2018, hasta que la pandemia de coronavirus en 2020.
“Salió la oportunidad. Estoy muy contento porque me encantó la primera experiencia y dejó la puerta abierta, ahora es mi tercer equipo en ese país. Es una época extraordinaria donde se cancela todo de repente, pero yo tengo mi mejor amigo en Líbano, compartí mi primer equipo con él, él se quedó, le platiqué que me había quedado sin equipo y me dijo que iba a ver con el director Deportivo, pero como ya me conocen pues les llamó la atención y me contrataron”, dijo.
Alfredo es un elemento surgido del Puebla de La Franja, club al que llegó en 2012 y estuvo hasta 2017, lapso en el que fue subcampeón con la Sub-20 en 2014 y pudo debutar en Copa MX un año antes. Debido a las pocas oportunidades con los camoteros, antes de abandonar la institución aceptó una invitación en 2016 para jugar en el futbol paraguayo, con lo que inició su vida nómada.
“Lo he visto como experiencia vida y no lo cambio por nada, es bonita, la tengo que disfrutar mucho y qué mejor que jugando futbol. Voy a seguir disfrutando y pue lo que dure hay que estar al máximo, seguir entregándose, estoy agradecido por cómo se ha dado todo”, apuntó.
Después de dejar definitivamente al equipo que representa al estado en el que nació, en 2018 se enroló con los Potros de la Universidad Autónoma del Estado de México, que jugaba en el desaparecido Ascenso MX, aunque sólo estuvo medio año, hasta que por Facebook un representante lo contactó invitarlo a jugar en Líbano, aprovechando sus raíces.
El equipo Salam Zgharta fue el primero que lo recibió y gracias a su buen rendimiento pudo dar el brinco en 2019 al Al Ansar, el cuadro más popular del país que tiene como capital a Beirut, ciudad en donde hubo una explosión en agosto de 2020 que dejó 200 muertos y cientos de heridos.
“Ahorita voy por tres meses, porque la situación en el país no es la más fácil, en lo económico y político está complicado; la verdad, Líbano ha cambiado mucho, es un gran país y vuelvo cada que me llaman, estoy agradecido, pero ahorita solo estaré tres meses y vamos a ver qué pasa. Hubo devaluación de la moneda, pero en fin, disfrutaré al equipo, que va muy bien, prácticamente estuvo siempre en primer lugar, pero en la última jornada bajó a tercero. Ahorita se va a jugar una liguilla entre los primeros seis de la tabla para pelear el campeonato”, comentó.
Será en los primeros días de febrero cuando comience la etapa final del certamen y en la cual el poblano podrá debutar con su nuevo equipo, en el cual jugará como un libanés más, iniciando así una aventura más que está convencido que otros futbolistas mexicanos podrían tener.
“Si me preguntan por este tipo de experiencia la recomendaría, en México se reducen las opciones y creo que la mejor opción es salir, porque si no puedes jugar en Liga MX está el Ascenso (ahora Liga de Expansión), pero si podemos salir hay que buscarlo. México es un mercado reducido y a veces las oportunidades no se dan, pero afuera el mercado es enorme”, destacó.
Juraidini no le tiene miedo a nada, y para muestra está que antes de aceptar la propuesta de Líbano, en 2020 jugó con el Atlético Capitalino en la Liga de Balompié Mexicano, un circuito que fue lanzado como contrapeso para la Liga MX, pero que, debido a la crisis financiera por la pandemia, su equipo ya no pudo mantenerse y desapareció dejando a la deriva a sus jugadores.
“Yo firmé un año con Capitalino y tenía contrato ahí, de pronto el semáforo rojo llegó a Ciudad de México y no teníamos dónde entrenar. En el Atlético Capitalino nos pagaron tiempo, como pocos equipos en la liga, tenía canchas bien y todo estaba bien, el cuerpo técnico, jugadores buenos, no resistió a la pandemia y tuvo que dejar de participar”, declaró.