El deporte la salvó, la sacó de una fuerte depresión y a los 40 años de edad, Pastora Durán comenzó a practicar el triatlón sin saber que su calidad iba a ser tanta que tendría la oportunidad de participar en ocho Copas del Mundo y ser entrenadora de 80 atletas en diferentes partes del país, incluso en el extranjero.
Como decía Chavela Vargas, los mexicanos nacen donde quieren y Pastora es ‘más poblana que el mole’, pero vio la luz en Sevilla, aunque vivió por más de 30 años en Tehuacán y ahora es una distinguida habitante de la Angelópolis.
A sus 48 años de edad se siente plena, con muchos proyectos en puerta y sobre todo con la fortaleza de seguir corriendo, nadando y rodando, pero principalmente con las ganas de enseñar y ayudar a otros.
EL TRIATLÓN FUE SU ANTIDEPRESIVO
Hija de un torero español que llegó a México por la Guerra Civil en su país, se identificó muy rápido con la cultura mexicana por lo que incluso se naturalizó e hizo gran parte su vida en Tehuacán, donde nacieron sus hijas.
“La historia de cómo llegué a México es porque mi papá llegó en la Guerra Civil Española a México, él fue torero reconocido en España y México y se regresó a España a vivir. Me tuvo a mí y a mi hermana en España y nos volvimos a regresar a México muy pequeñitas, entonces de ahí estuvimos entre España y México hasta que me naturalicé mexicana. Yo viví siempre en Ciudad de México, pero el papá de mis hijas es tehuacanero y allí fue que hice una vida en Tehuacán y hace seis meses volví a Puebla, pero estuve 30 años en Tehuacán”, explicó.
Los primeros 40 años de su vida, el deporte nunca figuró entre sus prioridades hasta que murió su padre y cayó en una profunda depresión.
“Yo era una persona que no hacía nada de ejercicio, pero entré al mundo del deporte porque mi papá falleció y al ser muy unidos me dio una depresión fuerte, así que fueron meses fuertes en los cuales consulté a médicos y me dijeron que tenía dos opciones, hacer ejercicio o tomar fármacos, como era una persona que no hacia ejercicio lo más fácil era recurrir a medicamentos que hiciera que mi estado de ánimo estuviera saludable, pero cuando fui a comprar los medicamentos me di cuenta que no podía depender de algo así, si la otra alternativa era hacer ejercicio, así que no los compré y le hablé mejor a una amiga que corría para pedirle ayuda, no quería entra a un gym pero quería hacer algo al aire libre y le pedí que me enseñara a correr”, dijo.
EN OCHO AÑOS YA ESTUVO EN OCHO MUNDIALES
Sin darse cuenta, con esa decisión cambió su vida para siempre ya que a partir de que conoció el running, se interesó por otros deportes hasta que un amigo le habló del triatlón, que consta de en una prueba hacer atletismo, natación y ciclismo, algo que se convirtió en una adicción para ella.
“Mi amiga me motivó para correr y empecé a averiguar de otros deportes hasta que un amigo me hablo del triatlón, así que me emocione y empecé a averiguar más hasta que se volvió una hermosa adicción que me ha llevado a ser competitiva y tener la posibilidad de vivir de esto, ahora a través de mi conocimiento otros atletas pueden vivir esta experiencia”, indicó.
Fue en 2016 que se sumergió en el triatlón y desde entonces no ha dejado de evolucionar.
“Tengo ocho años de haber empezado en el mundo del triatlón y fue un proceso de crecimiento rápido, me di cuenta que podía ser competitiva y el primer evento que yo gané fue en Los Cabos, un circuito nacional de sprint, quedé en primer lugar y obtuve la calificación al Mundial en Rotterdam, en Holanda, fue una experiencia súper bonita el representar a tu país en un evento de esta magnitud, es emotivo, buscas poner a México en un buen lugar, en esa ocasión logré un lugar 30 mundial, ese fue el que mejor posicionada me dejó”, comentó.
Desde entonces ha destacado a tal nivel que su ranking le ha permitido participar en ocho Mundiales en diferentes partes del mundo, algo que no solo le demanda esfuerzo físico, sino también el saber administrar sus tareas del día a día.
“He tenido la suerte de vivir otros mundiales a los que he calificado, y he calificado a todos los mundiales que ha habido, han sido ocho veces. Realmente administro bien mi tiempo para hacer las cosas que me gustan, entre ellas entrenar, soy afortunada de vivir de lo que me apasiona, entonces puede ser compatible con mí día a día. Yo me levanto a las seis de la mañana, me voy a entrenar y por lo regular son dos sesiones al día, trato de que una sea en el día y la otra en la tarde, y depende para la competencia que esté preparando”, señaló.
HA ENFRENTADO MACHISMO
La velocidad para pasar de la natación a la bicicleta y de ahí bajarse para hacer una carrera de varios kilómetros, no es el único reto al que se ha tenido que enfrentar, pues al inicio de su andar por el triatlón tuvo que soportar a un entrenador que lejos de aportarle la incomodaba, aunque la gran mayoría de sus experiencias en el deporte han sido positivas.
“He tenido muchísimo más cosas positivas que negativas en el triatlón, mi primer entrenador que tuve sí rondaba un poco en lo machista, no le gustaba salir a rodar con las mujeres, o llevar a una mujer en la bicicleta. Yo creo que más que machismo sentía una presión de si le pasa algo a la señora, así que dure poco con él porque su conocimiento era mínimo y no me llenaba estar con una persona que no confiaba en mí, así que cambié de entrenador y me he encontrado con un ambiente todo lo contrario, son sumamente empáticos, son competitivos y te ayudan a mejorar, si tú vas en la bici y ruedas más fuerte que un hombre, ese hombre va a exigirse más por que le va entra la cosas de como una mujer le va ganar, pero llegas y te dicen que eres fuerte, un felicidades, me he encontrado con un género masculino con empatía increíble, no tengo queja de nada”, apuntó.
ENTRENA A 80 ATLETAS
Gracias a su aprendizaje tan rápido, desde hace cinco años se convirtió en entrenadora y aprovechando las bondades de la tecnología y que a partir de pandemia, la enseñanza en línea se convirtió en un tópico de la nueva realidad, actualmente entrena a 80 atletas de diferentes partes del país e incluso en el extranjero.
“Tengo mi equipo de 80 personas a nivel nacional e internacional, a los cuales los llevo en forma a distancia por una plataforma que tengo que se llama trending pick, ahí podemos planificar entrenamientos, mantengo comunicación semanal para poder ir monitoreando a los que no puedo ver y ha resultado bien para ellos y para mí. Soy entrenadora de triatlón de carrera a pie y ciclismo, así que puedo entrenar las disciplinas por separado o junto, soy entrenadora avalada por la Federación Internacional de Triatlón, me pueden buscar en mis redes sociales y les puedo hacer un plan desde cero hasta alguien que ya ha hecho triatlón y quiere mejorar tiempo o probar otra metodología de entrenamiento”, destacó.
Y entre sus alumnos hay desde competidores hasta quienes lo hacen como recreación, pero también hay casos de personas mayores que ven el deporte como una meta a cumplir a pesar de la edad, como una mujer de San Diego que tras superar el cáncer de mama, se puso el objetivo de participar en un triatlón junto a sus hijos.
“He llevado atletas que están empezando a los 60 años a hacer su primer triatlón y lo logran sin problemas, para el deporte no hay edad. Tengo una señora que debutó a los 60 años de San Diego, sobreviviente de cáncer de mama, y me dijo que les había prometido a sus hijos que si se salvaba iba hacer un triatlón con ellos”, detalló.
EL IRON MAN DE MONTERREY
La faceta de entrenadora le ha sentado tan bien que en el último tiempo ha bajado su plan competitivo personal ponderando el compromiso con sus atletas, aunque eso no significa que ha dejado de competir y para muestra está que este mismo domingo participa en una demandante prueba como el Iron Man de Monterrey.
“Ahorita en plan competitivo le he bajado mucho, desde que el equipo creció tanto me enfoco en que ellos cumplan sus metas y eso lleva compromiso, ser un coach y un buen atleta no es muy compatible, porque puedes descuidar alguno de los dos, compito, pero no como antes, antes lo hacía 20 veces al año y ahora lo hago la mitad. Mi meta es sacar esta competencia en Monterrey, ahora entreno sólo una hora al día, pero para preparar esta competencia entrenaba los fines de semana cuatro horas y entre semana tres, para un 70- 30 del sprint. De ahí compito el 19 de junio en Huatulco y de ahí venia el mundial de Triatlón en Montreal, pero no voy a ir por un compromiso familiar”, dijo.
“EL ÚNICO LÍMITE ES EL CIELO”
Pastora Durán es una triatleta, pero sobre todo una mujer ejemplar, con el cielo como límite, porque cada que tiene una meta se empeña en lograrla con lo que a través del ejemplo motiva a todos a su alrededor.
“Para mí hay una frase que me encanta y que les digo: el único límite que tenemos es el cielo, porque no lo podemos tocar, pero sí podemos soñar y llegar a cumplir nuestros sueños; es importante que lo visualicen y trabajen por ello, nada te lo regalan y menos en el deporte, es picar piedra todos los días”, finalizó.