Eduardo Chacón es un futbolista de 19 años que integra las Fuerzas Básicas de Pumas, parte de la nueva generación de jugadores poblanos que quieren demostrar que en la Angelópolis hay calidad para poder estar en el máximo circuito del futbol mexicano.
Por ahora, los únicos poblanos en Liga MX son Pablo González en La Franja y Miguel Ortega en Tigres, pero detrás de ellos ya hay una camada de jóvenes buscando la consagración como Arturo Martínez en el América, Iván Moreno en Mazatlán y en Pumas está Chacón, quien sueña con ser de los elementos que acaben con esa ausencia de nacidos en Puebla en los primeros planos del balompié nacional.
Pero ese camino no ha sido fácil para Lalo, ya que su andar por este deporte arrancó en los niveles más esenciales, desde comenzar a jugar en canchas de cemento en su colonia, pasando a desarrollarse en la Tercera División Profesional con todas sus complejidades, hasta su actual proceso de crecimiento en la cantera de Pumas, viviendo alejado de su familia.
Sus primeros pasos con la pelota fueron junto a su hermano mayor Alfredo y con el empuje de su padre, aunque no se dieron como él esperaba, ya que fue una introducción para conocer el juego, pero sobre todo para perder el miedo a los golpes normales de un deporte de contacto.
“Fue como a los cinco años cuando mi papá poco a poco me fue metiendo en el futbol, aprovechando que mi hermano mayor ya jugaba en canchas de cemento, así comencé, en las canchas de mi colonia. Aunque al principio cuando me pegaban, me salía o jugaba mucho de portero para que no me pegaran”, dijo.
Una vez superada esa primera etapa, llegó la de descubrir que tenía talento dándose cuenta que podía comenzar a competir incluso con niños más grandes, por lo que a los 12 años se integró a la estructura del Club Alpha, una institución con 66 años de historia en la capital poblana, la cual le abrió las puertas y le dio sus primeras experiencias como profesional.
“Cuando comencé a jugar bien fue como a los nueve años que en los equipos de mi hermano, fui agarrando nivel y competía con niños más grandes. Por eso, ya después a los 12 años nos metimos al Alpha y ahí ya comenzó a ser todo más en forma. Recuerdo que el primer partido nos tocó con un equipo de Toluca y nos golearon 7-0 y en ese momento sentí mucha tristeza, pero fue parte del aprendizaje”, contó.
A los 15 años dio el salto al profesionalismo al sumarse a Titanes del Club Alpha que participa en la Tercera División, hoy conocida como Liga TDP, y que se trata del cuarto y último escalón del futbol mexicano, pero que representa la inmersión para miles de jóvenes en el mundo del futbolista profesional.
“Cuando subí a Tercera me tocó estar con jugadores categoría 97 (cuatro años más grandes que él), y a pesar de que sí me cuidaba, cuando jugábamos sobre todo contra equipos de Guerrero, eran partidos de muchos muchos golpes, pero sabía que era así y yo tenía la intención de jugar Tercera para aprender justamente a quitarme los golpes y también de saber cuándo es el momento para dar una patada, y ese tipo de cosas”, apuntó.
En la Liga TDP participan más de 200 equipos de toda la República, por lo que la competencia se divide en diferentes grupos según la posición geográfica de cada institución, dejando a los conjuntos poblanos enfrentados con equipos de esta dos circunvecinos como Veracruz, Guerrero, Estado de México e Hidalgo, aunque la lejanía de las poblaciones donde tienen sus sedes, aunado al poco presupuesto que se maneja en la categoría, hacen que los planteles tengan que hacer viajes en condiciones muy complicadas.
“Las veces que íbamos a Guerrero había canchas que parecían potreros, feísimas. También cuando fuimos a Huejutla (Hidalgo), el camino estaba horrible, el hotel con cucarachas gigantes y la cancha ya te imaginaras. Yo creo que fue el peor viaje de mi vida porque fueron como 10 horas en autobús, de hecho, cuando nos tocó ir por segunda vez me hice el lesionado y no viajé. En Toluca nos tocó una final en un lugar que tenía un árbol casi dentro de la cancha, entonces cuando corrías por ahí tenías que esquivarlo”.
Luego de dos años en los que pasó de ser el niño que jugaba con mayores, a portar el dorsal 10 de uno de los mejores equipos de Tercera, supo que era momento de crecer y dio ese paso clave que pocos se atreven, dejó todo lo que conocía para lanzarse a la aventura y se unió con 17 años de edad a Pumas, una de las instituciones más importantes del futbol mexicano.
“Cuando se acabó mi segundo torneo con el Alpha hablé con el que era el entrenador Gerardo González y el gerente Luis Acosta, que quería algo diferente y me dijeron que iban a buscar. Primero fui a hacer pruebas a Pachuca, estuve una semana, pero al final no me quedé, entonces regresé a Puebla y como era caprichoso no fui a jugar una semana, hasta que el gerente me llamó porque iba a haber un amistoso con la Tercera de Pumas, ahí me vieron y me invitaron a unas pruebas y me quedé, fue la primera vez que estuve en las instalaciones de Cantera (Complejo deportivo de Pumas)”, comentó.
En 2018 se le cumplió el sueño que todo jugador tiene, el llegar a un equipo grande, y si bien en un inicio se enroló a la filial de Tercera División, su paso fue fugaz porque casi de inmediato lo subieron al cuadro sub 17, donde rápidamente se hizo con la titularidad y logró coronarse campeón en el Clausura 2019.
“Fue algo muy padre, desde que me entregaron los uniformes de entrenamiento fue una experiencia muy grata. De hecho, en el primer partido que jugué con Pumas, el equipo rival nos hizo pasillo porque había quedado campeón el torneo pasado y a pesar de que era un crédito que no me pertenencia, fue algo muy padre. Pumas es una institución que respeta a sus cuadros juveniles”.
“Afortunadamente solo jugué dos partidos en Tercera porque después me subieron a la sub 17 y de ahí no solté la oportunidad. Mi primera temporada fue muy buena a pesar de que solo marqué un gol, pero para la segunda me acoplé mucho mejor, fui uno de los goleadores del equipo y nos pudimos coronar”.
Sin embargo, la adaptación no fue fácil para él, ya que por primera vez en su vida salió de casa, se separó de su familia y tuvo que aprender a afrontar su camino solo, aunque su fortaleza la adquirió por parte de sus mismos seres queridos, quienes son su respaldo y por quienes sigue luchando buscando un mejor futuro.
“Yo considero que ya salí grande, porque tengo compañeros que se fueron de su casa desde los 10 ó 12 años, y a mi me pasó a los 17, entonces fue un golpe fuerte alejarme de mi familia y justo cuando me vengo a Ciudad de México, mi mamá se alivió de mi hermanita, entonces mil cosas me pasaron por la cabeza, me costó muchísimo entender que ya no estaba con mamá y que tenía que ver por mis cosas. Poco a poco me fui adaptando, me gustaba ir a Puebla cada quince días, aunque el viaje en autobús también era cansado y llegué a pensar hasta en tirar la toalla, pero me he mantenido fuerte mentalmente sobre todo pensando en los objetivos que tengo, principalmente con mi familia para ayudarlos de alguna u otra forma y en algún momento darles lo que siempre hemos soñado”, apuntó.
Y con 18 años y luego de estar picando piedra por un buen lapso, a Chacón le llegó el primer premio a su constancia y sacrificios, un título de campeón al vencer en la final del Clausura 2019 a Atlas teniendo como escenario el mítico estadio Olímpico Universitario de la UNAM y siendo titular indiscutible.
“La verdad fue algo muy, muy especial porque nunca me imaginé que iba a poder salir campeón en CU y mucho menos con Pumas, yo pensé nada más en jugar, pero nunca me imaginé el campeonato, por eso fue inexplicable”, señaló.
La segunda recompensa fue que lo impulsaron a una categoría más arriba, a la sub 20 de los felinos, considerada como el último filtro antes de presentarse en el máximo circuito, lo que le representó más cambios a los que se adaptó para poder participar en el Apertura 2019 y el Clausura 2020 antes de la suspensión por la pandemia.
“Los entrenamientos, las charlas y el trato son diferentes a lo que pasa en otras categorías, porque ya va todo encaminado a Primera (División), aunque debes ser consciente que estar en la Sub-20 no significa que ya vas a debutar, porque todavía quedan procesos por pasar y escalones por subir”, destacó.
Ahora, luego de acatar el aislamiento en Puebla con su familia desde marzo pasado hasta hace unas semanas, Chacón regresó a su casa en la capital del país para reintegrarse al equipo y comenzar con la pretemporada pensando en el nuevo torneo que comenzará el 24 de julio y en el que lejos de caer en ansiedad por el debut en el máximo circuito, lo toma con filosofía y se arropa de amigos y compañeros que ya lo pudieron lograr.
“Comparto equipo con jugadores que ya están en primera o que han estado en Primera, también tengo compañeros que ya debutaron como Marco García, Emanuel Montejano o Arturo (Martínez) que está en América y es mi amigo porque jugamos juntos en el Alpha. Ellos me ayudan a no ponerme ansioso, me cuentan cómo pasaron por el mismo proceso en el que yo estoy ahorita”.
“El debut es la ilusión que tenemos todos desde pequeños y más ya estando aquí dentro del club es una meta que la ves a mediano o largo plazo. Pero tampoco debo desesperarme, tengo que seguir trabajando y ver los ejemplos de ellos que ya debutaron lo cual me motiva para creer que en algún momento yo sea el que debute”, agregó.
Eduardo Chacón, el poblano que creció idolatrando a Cuauhtémoc Blanco y al argentino Juan Román Riquelme, y que ahora admira la disciplina de Cristiano Ronaldo, mantiene los pies sobre la tierra, pero la vista puesta en lo que quiere y sueña, aunque sin poder explicar por qué los jugadores locales deben salir de su ciudad para buscar las oportunidades que el equipo de casa, el Club Puebla, no les da.
“Me he puesto a pensar por qué no hay poblanos si la realidad es que sí hay talento, Arturo (Martínez) que ya debutó en América o Iván (Moreno) ahora en Mazatlán, que pudieran estar ayudando al Puebla, pero no sé qué pasa”.
“Ahorita tengo mis metas muy claras, a corto plazo me voy a concentrar en la Sub-20 de Pumas, a tener un buen torneo y no desesperarme por el debut en primera. A mediano plazo ojalá pueda jugar en el primer equipo de Pumas y hacer una carrera aquí porque es una gran institución y a largo plazo pues si me gustaría jugar fuera del país, no necesariamente en Europa, también está Estados Unidos, para buscar lo mejor para mí y mi familia”, finalizó.