El estadio Olímpico Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla cumple en este enero nueve años de abrir sus puertas, lapso en el que ha vivido cuatro finales de futbol mexicano, un descenso, dos desapariciones de Lobos BUAP y hoy con un un futuro incierto.
Si bien la construcción original fue presentada en 1992, el inmueble deportivo no fue finalizado hasta dos décadas después, en enero de 2012, cuando fue inaugurado tras una remodelación que tuvo una inversión de 380 millones de pesos.
Si bien Lobos BUAP tuvo previamente algunos partidos como local en el estadio ubicado dentro de Ciudad Universitaria, no fue hasta después de su apertura cuando se mudó definitivamente a su guarida.
Un partido de la Jornada 6 del Clausura 2012 del Ascenso MX ante Necaxa fue el que levantó el telón en el inmueble universitario donde, aunque la Jauría cayó por 2 a 1, el gol al minuto de 10 del defensor de los locales, Daniel Valdez, quedó en la historia como el primer tanto marcado en el estadio remodelado.
Desde entonces, la casa de la manada ha sido sede de momentos de júbilo, pero también de lamento, pues recibió tres finales de Lobos BUAP, una más del Puebla de La Franja en la Copa MX de 2015, pero también vio cómo descendió el cuadro universitario en 2018 y desapareció en 2019 y en 2020.
TÍTULOS DE COPA MX Y UN ASCENSO
Un concierto multitudinario fue el evento que recibió el Olímpico Universitario para celebrar su apertura, pero la primera gran fiesta que vivió fue el 2 de mayo de 2012 cuando Lobos BUAP jugó la final del Clausura 2012 en el Ascenso MX ante León, que terminó con empate de 3 a 3.
En el encuentro de vuelta, la Jauría cayó por 3 a 0 y así vio terminado su sueño de pelear por el ascenso, por lo que la BUAP tuvo que esperar tres años más para volver otra final. En 2015, el Cuauhtémoc, fue sometido a una remodelación dejando huérfano al Puebla de La Franja, que encontró refugio en el recinto deportivo de la máxima casa de estudios.
A cambio de la posada que le brindó, los camoteros le regalaron una final de Copa MX del Clausura 2015 ante Chivas de Guadalajara, partido que terminó ganando 4 a 2 proclamándose campeón y rompiendo una sequía de 25 años sin título, tras ser ‘campeonísimo’ en 1990. Pero el estadio de la BUAP tuvo que esperar hasta 2017 para tener como campeón al dueño de casa.
Primero fue escenario de la final de ida del Clausura 2017 que Lobos le terminó ganando a Bravos de Juárez en el global. Mientras que, para la gran final por un lugar en Primera División, también se convirtió en la sede del encuentro de ida entre licántropos y Dorados de Sinaloa, choque de los poblanos terminaron llevándose y ascendiendo al máximo circuito.
UN DESCENSO Y DOS DESAPARICIONES
Después de ese momento de gloria, el campo universitario cayó en la penumbra, pues apenas un año después que Lobos consiguió el ascenso, para el Clausura 2018 selló su descenso deportivo al quedar en el último lugar de la tabla de cocientes. Sin embargo, el empresario poblano Mario Mendívil se ofreció a pagar los 120 millones de multa que puso la Liga MX para que la Jauría se pudiera mantener en Primera División.
Esto le permitió al estadio de la BUAP el ser terreno de Liga MX por un año más pero, si bien en ese transcurso Lobos hizo mejor las cosas a nivel deportivo y evitó el sótano de la tabla del descenso, para el Clausura 2019 vivió la traumática venta de la franquicia hecha por el propio Mendívil a Ciudad Juárez, concretando así su primera desaparición.
Prácticamente un año después, en junio de 2020, el empresario de Guadalajara, Guillermo Aguilar, anunció con bombo y platillo que reviviría a Lobos BUAP para jugar en la Liga de Balompié Mexicano; pero en agosto la institución le negó el comodato del estadio y la cesión del uso de marca debido a su incapacidad de comprobar solidez financiera, viviendo una segunda desaparición.
FUTURO INCIERTO
Tras la extinción de Lobos, el recinto no ha podido evitar caer en el abandono, esto a pesar que hasta antes de la pandemia era sede de la NovaLiga, una competencia de futbol amateur, además de los partidos de Artilleros de Puebla, de la Liga de Futbol Americano Profesional (LFA).
Con la posibilidad aún lejana que Lobos pueda resurgir y la incertidumbre sobre la reanudación de la NovaLiga y la LFA, el estadio Olímpico Universitario celebra nueve años en el ostracismo, muy lejos de sus momentos de gloria.