Es relativo
Guillermo Pacheco Pulido
Al leer el artículo del ilustre Jurista José Agustín Ortiz Pinchetti (25 de febrero 2024, La Jornada) me acordé de la heroína francesa Olympia de Gouges, quien es ejemplo histórico de la participación de la mujer en las duras batallas por la conquista de sus derechos.
Época muy difícil para la conquista de los derechos, aquella en la que se gestaron libros fundamentales como El espíritu de las leyes, La Enciclopedia, El tratado de la tolerancia, la propia Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, entre otros, que fueron considerados documentos prohibidos. Cabe señalar que la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano excluyó a las mujeres en su contenido. Realmente se puede leer mucho sobre la lucha en defensa de los derechos de la mujer, encabezada por Olympia de Gouges. Ella redactó un proyecto en que decía: “Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las causas de la desgracia pú- blica y de la corrupción de los gobiernos, hemos resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer con el fin de que esta declaración…. recuerde, sin cesar sus derechos y sus deberes”. Esta fue su respuesta a la exclusión de la mujer en la mencionada Declaración. Como consecuencia de esa lucha, fue ejecutada en la guillotina. Se dice que sus últimas palabras, además de subrayar su inocencia, fueron: “Si la mujer está capacitada para subir a la guillotina, también lo está para subir a la tribuna pública”. Olimpia no gritaba, dialogaba; no insultaba, razonaba. No pedía sino que explicaba sus demandas; no triunfaba pero conquistaba, no inventaba, sino estudiaba y convencía. Nunca, en ningún momento –todos difíciles–, dudó de su lucha, de sus ideales; creyó en ellos y trabajó por ellos. Sembró con su muerte sus ideales y las luchas que aún hay en el mundo.Volviendo al artículo periodístico de Don José Agustín Ortiz Pinchetti, me permito transcribirlo por estar vinculado con los acontecimientos de nuestro país. Señala a un grupo de mujeres que han participado en la transformación social, puntualiza la presencia activa de la mujer en la construcción de México. El autor nos dice: …México podría vivir el 2 de junio un momento histórico si una mujer gana las elecciones presidenciales. Las mexicanas han librado una lucha por el reconocimiento de sus derechos políticos, enfrentándose a barreras sociales, culturales y legales. Los principales obstáculos provienen de prejuicios machistas arraigados en la sociedad, los cuales buscaban perpetuar la idea de que eran menos capaces que los hombres para desempeñar roles de liderazgo. Si bien durante la Revolución las mujeres jugaron roles muy importantes, fue hasta 1953 cuando obtuvieron el derecho al voto gracias a las reformas impulsadas por el presidente Adolfo Ruiz Cortines. Este hecho marcó el inicio de un lento progreso hacia una mayor participación en la esfera política. Sin embargo, tuvieron que pasar más de 20 años para que una fuera elegida como gobernadora. Esto ocurrió por primera vez con Griselda Álvarez Ponce de León en Colima en 1979. A ella le siguieron Beatriz Paredes, en Tlaxcala; Dulce María Sauri, en Yucatán; Rosario Robles, en el Distrito Federa; Amalia García, en Zacatecas; Ivonne Ortega, en Yucatán; Claudia Pavlovich, en Sonora, y Claudia Sheinbaum, en la Ciudad de México. Actualmente, nueve encabezan una entidad: Teresa Jiménez, en Aguascalientes; Marina del Pilar Ávila, en Baja California; Layda Sansores, en Campeche; Indira Vizcaíno, en Colima; Mara Lezama, en Quintana Roo; Maru Campos, en Chihuahua; Evelyn Salgado, en Guerrero, y Lorena Cuéllar, en Tlaxcala. Para llegar a este punto de participación política de las mujeres, tuvieron que debilitarse los prejuicios machistas y modificarse leyes para incluir cuotas de gé- nero. Dichas acciones han sido cruciales para aumentar la representación femenina en la política. Estas leyes exigen que una proporción significativa de candidatos de los partidos sean mujeres, lo cual ha resultado en un incremento notable de las que son electas. Falta por ver cristalizado que una de ellas ocupe la Presidencia de la República y así acercarnos hacia una sociedad más inclusiva y equitativa. Si en la próxima elección una mujer ocupa la primera magistratura, significará que se han debilitado los prejuicios machistas; lo que importará será la capacidad y tenacidad para poder gobernar un país tan complejo como México. …Al jurista Ortiz Pinchetti no lo conocía, pero sabía de su ejemplar y honesta vida de lucha; en el poco tiempo que me dispensó tratarlo, me convencí que él no es un recuerdo o mensajero del pasado, sino un ser humano poseedor de una vigencia honrosa y ejemplar, como la de muchos mexicanos y mexicanas que han aportado su vida al servicio de México. Por ello afirmo que no es un testigo simple sino un positivo actor y maestro en el gran debate de los tiempos de hoy.