Es Relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Decía un sabio que no convenía platicar con personas negativas, sino con positivas. Platiqué con un amigo con carácter negativo y de su plática deduje lo siguiente, con cierta razón.
Nuestra existencia
está amenazada,
las glaciaciones, los
impactos de asteroides,
la capacidad finita de la
Tierra, incluso la lejana
pero inevitable muerte
del sol son riesgos de
tal magnitud que, si no
abandonamos la Tierra,
deberemos asumir
la idea de nuestra
extinción
Michio Kaku
Físico teórico
Que pronto habrá una guerra entre pueblos con tremenda capacidad nuclear exorbitante.
Que la humanidad se enfrentará a un problema grave de carestía de agua.
Que la naturaleza se encuentra dañada por guerras, contaminación de mares y ríos, incendios y diversos fenómenos destructivos que ensombrecen el futuro de la humanidad.
El peligroso cambio climático es una respuesta.
Que el virus que se convirtió en pandemia, el coronavirus, no fue natural o espontáneo, sino que fue creado de manera intencional.
Que pasarán muchos años para que sea controlado por la ciencia el mencionado virus, el cual –se informa– se va modificando y va venciendo cualquier vacuna o a cualquier persona que esté aún con cuatro o cinco vacunas.
Nadie está inmune, nadie está salvado; es nuestra responsabilidad estar atentos.
Terrorismo, violencia, delincuencia, no pueden ser exterminados. Grave peligro para el ser humano.
Fenómenos migratorios que en sí pueden ser justificados por los propios migrantes, pero a su vez generan problemas económicos y políticos a otros países.
La ciencia ha creado la inteligencia artificial (robotismo); parece que ya razona por sí mismo el robot, poniendo en alto riesgo la existencia de la humanidad porque superará al ser humano y tomará decisiones que pueden ser destructivas o de sometimiento del hombre con dictaduras.
Hay una serie de libros escritos por el físico teórico Michio Kaku, uno de los divulgadores científicos más conocidos del mundo, que nos da explicaciones sobre el avance de la técnica y la ciencia; se invita a leerlos porque son situaciones que ya se viven y las que están por venir.
Todo ello nos explica los cambios que se dan en la sociedad en forma vertiginosa.
No entender lo que está pasando nos margina de la sociedad.
Por ejemplo, en el libro intitulado El futuro de la humanidad nos dice Michio Kaku: nuestra existencia está amenazada, las glaciaciones, los impactos de asteroides, la capacidad finita de la Tierra, incluso la lejana pero inevitable muerte del sol son riesgos de tal magnitud que, si no abandonamos la Tierra, deberemos asumir la idea de nuestra extinción. Por eso, para Michio Kaku nuestro destino se encuentra en las estrellas, no por curiosidad o la pasión aventurera que los humanos llevamos dentro, sino por una simple cuestión de supervivencia.
En el libro en cuestión se comenta que hace muchísimos años la humanidad estuvo a punto de extinguirse por la erupción del volcán Toba. Ese fenómeno puede haber constituido un ensayo general para futuras y desastrosas catástrofes.
Nos enfrentamos al peligro del calentamiento global.
Nos enfrentamos al peligro de los microbios convertidos en armas. Como el sida propagado por el aire, y el bola que puede transmitirse por una simple tos o un simple estornudo. Se vislumbra un apocalipsis ecológico por los escasos recursos que ya no cubren las necesidades de la población.
Flota en la Tierra un enjambre de rocas potencialmente mortíferas y representan un peligro para la vida (nos recuerda al Armagedón que se menciona en el libro del Apocalipsis en la Biblia).
Una vez más explica Michio: “Me entrevisté con el astrónomo Carl Sagan y le pregunté por este peligro. Insistió en que vivimos en una galería de tiro cósmica, rodeados de posibles amenazas. Es solo cuestión de tiempo, me dijo, que un asteroide grande choque con la Tierra”.
Muchas situaciones de las que hemos comentado podrán manifestarse en poco o en mucho tiempo y otras más que no hemos mencionado que es posible –como la extinción del sol– que ocurran en el largo plazo.
Tenemos que observar a dónde camina la humanidad –hombres y mujeres– para estar preparados porque de todas formas se tendrán que enfrentar viejos y nuevos problemas.
De todas formas no tendremos por ahora, los ciudadanos, informaciones claras y confiables, ni las captaremos porque no se trata del “cuento de un relato”; sino de una realidad insobornable en la que tarde o temprano tenemos que vivir y, si acaso, enfrentarnos a ella buscando la salvación de la existencia.
Después de la positiva plática de mi amigo, me dijo que la ciencia, independientemente de los avances que tiene, a su vez genera muchos riesgos pues, entre otras cosas, está creando virus para su investigación. Y que roguemos para que no se les escape a los científicos uno, o alguien que quiera dominar al mundo también produzca virus; son temas ciertos.
Seguiremos la opinión de Shakespeare en su obra Macbeth: “suceda lo que suceda, aún en los días más borrascosos, las horas y el tiempo pasan”.