Garganta Profunda
Arturo Luna Silva / [email protected] Twitter: @ALunaSilva
Con la falsa bandera de la defensa de la educación, a pesar de que se les ha concedido cada punto factible de sus peticiones; alentados por funcionarios de la SEP federal, con intenciones perversas y políticas; y con el riesgo cada vez más creciente de que lastimen a quienes sí quieren continuar sus estudios, un puñado de estudiantes de la Normal de Teteles, Puebla, ahora respaldadas por grupos de choque de Ayotzinapa, Guerrero, mantiene secuestradas las instalaciones de la institución y genera caos por cada sitio donde pasan. Quieren mantener los privilegios de un autogobierno, muy parecido al de los penales, que se traduce en abusos y la violación de los derechos de la mayoría.
Estos personajes y grupos no quieren diálogo.
Lo han tenido en infinidad de ocasiones.
Buscan doblegar a las autoridades.
Apropiarse del presupuesto.
Mantener un gobierno interno y metaconstitucional en la Normal Rural “Carmen Serdán”, del municipio de Teteles de Ávila Castillo.
Además, con un manejo apropiado de recursos públicos.
Para un grupo de particulares.
Este viernes, las cosas escalaron en riesgo.
Luego de realizar por tercera ocasión bloqueos en la Ciudad de México, regresaron a sembrar el caos en la institución en Puebla.
Cómo suponer que alguien quiere diálogo, cuando se prepara, literalmente y sin exageraciones, para la guerra.
Los grupos de choque de Teteles y Ayotzinapa realizaron su manifestación armados.
Textualmente armados.
El secretario de Gobernación de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, lo denunció en su cuenta de Twitter, este viernes desde la mañana:
“Estos son algunos de los artefactos, bombas molotov, explosivos caseros, gasolina y petardos que se les retiraron esta madrugada a los normalistas de Puebla que se encontraban bloqueando el Eje Central a la altura de avenida Juárez con un metrobús atravesado a lo ancho del Eje”.
No se puede dialogar con quien busca herir.
Luego de esa manifestación, varias normalistas mujeres regresaron a Teteles, acompañadas por varones de Ayotzinapa.
Lo hicieron para ejercer prácticas de hostigamiento y violencia contra sus compañeras, que sí están a favor del regreso a clases.
En un comunicado, la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado condenó los hechos y llamó, por enésima ocasión, al diálogo.
“El Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Educación, condena la conducta de un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural ‘Carmen Serdán’, ubicada en el municipio de Teteles de Ávila Castillo, quienes de nueva cuenta incurrieron en actos que vulneran el desarrollo educativo de sus compañeras”.
Nada es nuevo en este caso.
Las agresiones se han registrado desde hace décadas.
Son cíclicas.
Han salido lastimadas estudiantes.
Incluso, en el extremo, en mayo del año pasado, lamentablemente murieron dos normalistas al caer de un camión que estaba cargado con bebidas y que intentaron tomar.
El problema es que cualquier acto de autoridad legítimo, es descalificado con estridencia e injusticia.
Mientras las autoridades de Puebla buscan una solución, en la SEP federal alientan las agresiones y el caos.
Ahí están los hechos.
Las advertencias.
Los responsables.