Consumir agua natural resulta lo idóneo para evitar deshidratación; lo peor: preferir refrescos y productos con publicidad que promete reponer del desgaste que propicia el deporte.
Lo asegura el nutriólogo Carlos Martínez Herrera, de la plantilla de expertos del Hospital Ángeles.
“Por el calor, perdemos líquidos a través del sudor, lo que puede llevar a la deshidratación si no reponemos lo perdido a fin de mantener la temperatura corporal”.
Además, la hidratación constante permite salud en la piel y el buen funcionamiento del organismo, dijo.
El agua natural, por su fórmula, sacia la sed mejor que cualquier otra bebida y no contiene calorías, agregó.
Las llamadas bebidas deportivas pueden ser útiles sólo cuando hubo actividad física intensa y prolongada, pero no son fuente de hidratación constante.
“Contienen electrolitos y carbohidratos, que pueden ayudar a reponer los nutrientes y energía perdidos durante el ejercicio extenuante”.
El refresco es la peor opción para tomar cuando hay calor intenso; el exceso de azúcar deteriora el estado de salud en general y causa males como diabetes u obesidad, aseguró.