En los cinco años más recientes, dos soldados fueron levantados por el aire por accidentes en banderas monumentales y sobrevivieron a caídas similares a la que sufrió el domingo pasado Anselmo Gómez Hernández, cuando ejecutaba la “Danza de los voladores” en la Huasteca de Hidalgo.
En Durango, en la ceremonia de Día del Trabajo en 2015, el extremo de la bandera monumental se enredó en el rifle de uno de los militares formados y fue levantado y sacudido hasta una altura de 12 metros; cayó en tierra azotado por la misma trayectoria del lienzo. Sólo se fracturó una pierna.
En Chihuahua, el año pasado, a mitad de los honores cívicos por Día de la Bandera el soldado que izaba el paño monumental fue levantado por las ráfagas que prácticamente lo envolvieron y subió hasta 12 metros de altura.
Sin sujetarse de ninguna forma, fue expulsado por el movimiento del lienzo a una a cinco metros del piso.
También sobrevivió. Anselmo, de 25 años y 13 de ser danzante volador, cayó de 10 metros; se recupera en la ciudad de Puebla.