Jesús Peña
La Fiscalía General del Estado (FGE) cumplió orden de aprehensión contra Ricardo N., tío de la niña de siete años que a finales de 2020 pedía a los médicos morir en el hospital para evitar el regreso con su familia, que le infligió abuso físico y sexual.
La institución solicitó y obtuvo orden de aprehensión contra el señalado, bajo el cargo de violación equiparada en agravio de su sobrina.
Fue detenido el martes en la colonia Miravalle y puesto a disposición de la autoridad judicial.
Conforme a las indagatorias, Yaz vivía junto a su madre Alejandra Viridiana N., su tío Ricardo N. y otros familiares en la colonia Barranca Honda, en Puebla capital.
En agosto de 2019, el hombre llevó a su sobrina, mediante engaños, a su cuarto.La violentó de forma sexual. La menor de edad pidió auxilio a su madre que, en respuesta, la golpeó y amenazó, a fin de que guardara el secreto ante su papá.
HOSPITALIZADA
El 20 de agosto de 2020, la niña fue ingresada al Hospital General de Zona No. 20 del IMSS La Margarita, con una lesión grave en el pulmón y evidencia de abuso sexual. Era su tercer internamiento; en marzo y mayo también había sido atendida por golpes en las mismas instalaciones.
Los médicos que la atendían comentaron que, en su desesperación y dolor, la menor solicitaba que ya no la curaran, porque no quería volver a su casa.
El 26 de agosto, en videoconferencia de prensa, el gobernador Miguel Barbosa Huerta señaló: “De estos hechos dieron conocimiento a la FGE, que inició la carpeta correspondiente, y al SEDIF estatal, en la Procuraduría del Menor, para dar protección a esta niña, obvio, con las consecuencias legales inherentes contra quien le hizo las lesiones”.
Un día después, el Ejecutivo estatal agregó que también sería investigada la muerte de la hermana de tres años, ocurrida en julio de 2020. Y agregó que la Policía Ministerial estaba ubicando a Ricardo N.
Ese mismo jueves 27 de agosto, la Agencia Estatal de Investigación obtuvo en la capital poblana los mandamientos judiciales contra Rafael N. y Alejandra Viridiana N., padre y madre de la niña.
Con base en diligencias desahogadas con perspectiva de género, la FGE determinó que la víctima presentaba síndrome del niño maltratado y múltiples lesiones de riesgo a su vida, así como infecciones y llagas por falta de cuidado, luego de ser operada en abril por daños intestinales.
En un comunicado, fechado el 29 de agosto, el IMSS La Margarita precisó que la primera vez que la pequeña ingresó a las instalaciones fue del 16 de abril al 16 de junio, dando aviso de su estado al Ministerio Público especializado para abrir una investigación por violencia intrafamiliar.
Que reingresó el 20 de agosto y fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, dando nuevamente aviso al Ministerio Público y al Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF).
Para el 31 de agosto, tras la detención de los padres de la menor, el gobernador Miguel Barbosa confirmó que el SEDIF se hizo del resguardo provisional de Yaz y que, junto a la Procuraduría del Menor, fue autorizada la intervención quirúrgica que requería.
RESPONSABLES
El 3 de septiembre, la FGE obtuvo la vinculación a proceso de Rafael N. y Alejandra Viridiana N., por los delitos de violencia familiar y abandono de persona en agravio de su hija.
El 5 de octubre, Mónica Naxshely N., madrastra de la menor, fue detenida por elementos de la FGE, por su participación en los delitos de violencia familiar equiparada y lesiones dolosas.
Por su parte, José Antonio Martínez García, secretario de Salud estatal, comentó que la pequeña estaba tan grave que requería una operación más.
El 21 de octubre, Alejandra N. publicó una carta dirigida al gobernador Miguel Barbosa Huerta y a su esposa María del Rosario Orozco Caballero, presidente honoraria del SEDIF, en que pedía ver a su hija.
Por medio de la activista Frida Guerrera se conoció el documento, ella solicitó abordaje con perspectiva de género, al considerar que la madre también fue víctima de violencia por parte de su expareja, quien además la alejó de la menor desde mediados de 2019.
“Sé que hay gente que cree en mí, pero los más, los que me juzgan sin saber la verdad, no. Le pido a usted y a su esposa María del Rosario Orozco Caballero que, por el amor que les tienen a sus dos hijos, me permitan acercarme a mi niña, salvarla, abrazarla”, decía la carta.
En su escrito relata que conoció a la madrastra de sus hijas cuando, el 19 de agosto, Rafael N. la buscó para decirle que la pequeña se encontraba muy mal y quería despedirse de ella. Pero, al llegar a casa de su exsuegra, le pidió 25 mil pesos para internarla en un hospital privado.
“Como ya tenía expedientes en el Hospital Ángeles y del Niño Poblano, me iban a detener porque todo arrojaba a que yo fui la causante de todo”, le dijeron Rafael y Mónica, relata.
Agrega que buscaría justicia para sus dos hijas. “No soy víctima, pero tampoco una hiena”, señala en su carta.
Ocho días después, el 29 de octubre, el gobernador Miguel Barbosa gestionó que la madre pudiera salir del penal para convivir con su hija en el hospital, pero la menor de edad rechazó la visita, incluso tuvo alteraciones y crisis emocional.
José Antonio Martínez, secretario de Salud, agregó que la niña seguía grave, que le eran practicados aseos quirúrgicos y apenas respondía a una dieta especial.
El 4 de noviembre, los abuelos paternos y la abuela materna de la niña solicitaron a la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla permiso para visitar a su nieta en el hospital.
DECESO Y CONSECUENCIAS
El lunes 28 de diciembre, como si se tratara de una mala broma del Día de los Santos Inocentes, Yaz falleció en el Hospital del IMSS La Margarita. Su deseo de no volver a su casa se cumplió.
El panteón de La Piedad terminó por ser su última morada, donde sus restos llegaron el miércoles 30 de diciembre, tras cuatro meses y ocho días en terapia intensiva.
Primos, abuelos y bisabuelos maternos se reunieron. Uno de ellos, Gonzalo Martínez, expresó en ese momento: “Para todas las mujeres que tienen hijos, pedirles que realmente se fijen en la persona con la que van a dejar a sus hijos, porque desgraciadamente las pérdidas son dolorosas”.
VIDA FAMILIAR DE INFIERNO
El 4 de septiembre de 2020, Crónica Puebla publicó la entrevista que hizo a Ruth, testigo del maltrato a la niña; contó que:
El papá era duro y estricto. Seco. Y ella muy callada, pero ordenada y obediente
La testigo conoció al padre como vendedor de dulces en un mercado
Al ver la necesidad extrema de Rafael y Yaz, ofreció asilo a ambos
“Él dijo que ella había salido del hospital, se me hacía extraño que no fuera consentidor”
La niña tenía el cabello muy corto, “le dan ataques de locura y se lo cortó sola”, dijo el papá
Cuando vio que Rafael agradió a la niña intentó levantar una denuncia el 11 de abril, que no prosperó por “falta de datos”
Rafael N. y su hija deambulaban con no más que unos cartones
Ella y su esposo querían adoptar a la niña cuando saliera del hospital
El 9 de agosto de 2021, casi un año después que la menor ingresó al hospital, la FGE formuló la imputación por el delito de feminicidio contra Rafael N. y Alejandra Viridiana N., padre y madre de la víctima, así como Mónica Naxshely N., la madrastra.
Y fue el 21 de abril de 2022 cuando los padres recibieron una segunda vinculación a proceso, por el delito de comisión – por omisión– de homicidio calificado en razón del parentesco de su hija de tres años.
Se estableció que el 27 de junio de 2020, en un domicilio del municipio de Coronango, la víctima comenzó a sentir dolor en el estómago, malestar que se fue agravando y su padre ignoró.
Al día siguiente, la niña tuvo que ser ingresada a un hospital de San Pedro Cholula donde a pesar de la atención médica perdió la vida.
El juez de Control les vinculó a proceso con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, por todo el tiempo que dure el procedimiento.
Con la detención de Ricardo N., el pasado martes 23 de agosto de 2022 –dos años y tres días después que Yaz fuera internada–, cayó el cuarto y último implicado de un caso que conmocionó a Puebla y al país.