Con el antecedente de que el más alto número de contagios de coronavirus ocurrieron después de días festivos, la temporada decembrina es un escenario similar o incluso de mayor riesgo, en que autoridades civiles y eclesiásticas han reiterado los llamados a permanecer en confinamiento pues un abrazo de fin de año en el hogar de la abuela, un apretón de mano en un convivio o una charla pueden resultar mortales.
PARA MUESTRA
Todo parece que las festividades son la debilidad de la gente. Desde el Día de Niño, pasando por la de la madre y del padre, así como las fiestas patrias y el Día de Muertos, la población rompió las medidas sanitarias ante elvirus con el argumento de que no se podían pasar desapercibidas.
El pico más alto que se registró en Puebla fue el 16 de junio, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Salud federal, un mes después del Día de la Madre, mientras que 15 días antes el número de contagio subió justo después del Día del Niño.
Lo mismo ocurrió tras llevarse a cabo el Buen Fin, el gobierno federal anunció el pasado 4 de diciembre que Puebla retrocedió después de 11 semanas de amarillo a naranja en el semáforo epidemiológico por el alto número de contagios diarios durante los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre.
Las fiestas decembrinas, como posadas, convivios y reuniones, no serán la excepción.
Especialistas del Hospital Universitario de Puebla (HUP) advirtieron la posibilidad de un rebrote de COVID-19 debido a la alta movilidad que se tendrá en esta época por lo que invitaron a la sociedad a evitar reuniones y fiestas. De no acatar las medidas, el inicio del nuevo año será con un un gran número de contagios por el virus.
ES NECESARIO GENERAREMPATÍA Y CONCIENCIA
Si bien la necesidad de afecto y contacto físico llevará a las familias a reunirse y celebrar Navidad y Año Nuevo, es necesario que tomar consciencia del riesgo que esto conlleva, debido a que la indiferencia y la irresponsabilidad traerá mayores problemas.
José Leopoldo Castro Fernández de Lara, psicólogo social de la Universidad Iberoamericana en Puebla, señaló que desafortunadamente la sociedad no está acostumbrada a generar empatía con aquellos que no la están pasando bien, por lo que mientras las acciones de nuestros actos no tengan consecuencias directas, no nos detendremos.
Resaltó que este efecto se pudo ver cuando muchas personas empezaron a creer que el virus y la enfermedad eran reales hasta que tuvieron un caso dentro del círculo inmediato.
Por su parte, el psicólogo José María Velázquez Giles comentó que la mayoría de la gente tiene el pensamiento de “a mí no me va a pasar”, por lo que a pesar de que siguen las recomendaciones sanitarias, tienen omisiones como salir cada fin de semana.
ALTA ATENCIÓN
Primero fueron los torneos de futbol clandestinos, después Protección Civil y Riesgos del municipio desarticuló bares en garajes, fiestas en domicilios particulares y salones, así como bailes sonideros. Ahora, la principal preocupación son las celebraciones de temporada por lo que intensificarán los operativos para evitar la aglomeración de personas y sigan propagando el virus.
Gustavo Ariza Salvatori, titular de la dependencia de Puebla capital, señaló que desde que inició la pandemia de COVID-19 la gente siempre encuentra la manera de desafiarlos.
El funcionario lamentó que 85 por ciento de los contagios registrados se están dando en los hogares, donde se supone está uno más seguro, lo que evidencia que las personas no están acatando las medidas mínimas para evitar los contagios