El hombre que llora es Pancho Villa. Hace dos días, domingo, entró con su ejército a la Ciudad de México, se encontró con las tropas de Emiliano Zapata y se tomaron la célebre foto en la silla presidencial dentro de Palacio Nacional.
Ahora, martes 8 de diciembre de 1914, Villa ha dado un discurso frente a la tumba de Francisco I. Madero, asesinado 22 meses atrás.
Llora copiosamente, desconsolado, y se seca el rostro con el paliacate infaltable en el bolsillo masculino de la época y la circunstancia.
Foto: Archivo Casasola/UNAM