Dulce Liz Moreno
El juez Tercero de lo Penal informó ayer a José María Sosa Álvarez la misma sentencia que éste impugnó en febrero de 2019: 16 años y seis meses de prisión.
En acato a la indicación del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, el juzgador repuso el procedimiento y dictó la condena.
Los delitos de que fue hallado culpable son homicidio simple intencional y aborto.
El 25 de agosto de 2015, Sosa Álvarez, después de meses de ausencia tras embarazar a quien era su novia, Paulina Camargo quien tenía 19 años, la citó para conversar.
Ella gestaba la semana 18.
Videos de cámaras de seguridad captaron la presencia de los jóvenes en un café de la plaza comercial que se encuentra en 18 Sur y Juan Pablo II.
También grabaron su salida y el abordaje de un taxi.
El chofer del taxi atestiguó que llevó a la pareja a la unidad habitacional de La Margarita, donde residía el joven.
Horas después, los padres de Paulina la llamaron y le escribieron a su teléfono celular. Nunca obtuvieron respuesta.
Esa noche, ellos y el hermano de Paulina comenzaron a buscarla con sus propios medios y rastrearon sus pasos.
La reportaron como desaparecida, pero no se realizó búsqueda alguna por parte de la autoridad ministerial.
El joven, originario de San Andrés Tuxtla, Veracruz, taekwondoín entrenado y estudiante universitario en Puebla, confesó haber asesinado a Paulina por negarse a abortar al hijo que él engendró.
Aseguró que colocó el cadáver de ella en una bolsa de basura y lo arrojó al contenedor de desechos de su vecindario.
Sin embargo, los restos de las víctimas no fueron ni han sido hallados.
Ese factor constituyó el asidero del que la defensa de Sosa Álvarez se tomó para alegar inocencia del hombre que describió que asfixió a la joven en su departamento, a donde la había llevado.
En tanto, los padres de la joven emprendieron una campaña de difusión para dar con ella.
A la Catedral angelopolitana, familiares y amigos de Paulina acudieron periódicamente, vestidos con camisetas con las que han acompañado a la familia en busca de rastros.
El proceso, además, tiene un sesgo: al asesino confeso no se le imputó feminicidio ni desaparición de persona.
De hecho, el caso no fue abordado nunca con búsqueda formal de la joven por parte de los agentes ministeriales.
SIETE AÑOS DE DEMORAS
Esta es parte de la estrategia del ahora sentenciado:
- El principal alegato consiste en que no se ha encontrado el cadáver de Paulina y su bebé gestante
- Durante al menos tres años, la defensa del asesino impugnó que faltaba careo entre taxista y procesado
- Esa diligencia fue realizada el miércoles 1 de junio pasado: el conductor ratificó su testimonio