Los adultos mayores requieren de políticas que les permitan una mejor calidad de vida, como servicios de salud preventivos, indicó el académico Miguel Calderón
Claudia Espinoza
“A mí ya sólo me queda esperar a que me vaya al cielo, pero me voy contento por la vida que tuve”, así habla Alberto de 85 años de edad, quien desde hace 10 años vive en el Asilo “Vivir de amor”, tras ser abandonado por sus familiares.
Aquí ha encontrado amigos y, además, una nueva pasión: colorear libros.
Él no recuerda cómo llegó a este sitio, ubicado en Cholula, pero sí que ahora tiene amigos y personas que cuidan que se encuentre bien física y mentalmente, por lo que a diario realiza actividades acordes con su edad.
Aún así mantiene sus actividades favoritas presentes, como cantar, porque recuerda que cuando era joven lo hacía en los camiones cuando se dirigía a la Central de Abasto para trabajar.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, en Puebla viven 745 mil 419 adultos mayores (60 a 85 y más años), de ellas 334 mil 821 son hombres y 410 mil 821 mujeres y son el 11.3% del total de habitantes de la entidad.
El Consejo Estatal de Población (Coespo) realizó el estudio “El envejecimiento en la sociedad poblana”, en donde señala que el estado está experimentando un proceso de envejecimiento de la población de forma paulatina, pero constante, y con la curva hacia arriba.
En el 2010 había una población adulta mayor de 60 a 85 y más años de 514 mil 436 personas, mientras que para el 2020, dicha población se estimó en 745 mil 419 personas, por lo tanto, se registra un aumento de 31% en 10 años.
De acuerdo con el estudio, el fenómeno de envejecimiento de la población se encuentra relacionado con diversos factores. En el año 2010 la esperanza de vida al nacer fue de 74.58 años y para el 2020 era de 74.85 años, teniendo un aumento de 0.27%.
El crecimiento natural de la población pasó de 94 mil 154 personas en el año 2010 a 79 mil 566 personas en el año 2020; teniendo presente que el crecimiento natural es el resultado que se obtiene al restar al número de nacimientos, el total de defunciones de cierta delimitación territorial y un periodo específico.
Lo anterior infiere que, al hacer la operación, en el año 2010,nacían más personas de las que morían, mientras que para el 2020 se estableció a la inversa, teniendo más defunciones que nacimientos.
En ese sentido, el investigador y docente de la Ibero Puebla, Miguel Calderón Chelius, dijo que además de que la población en el país ha ido envejeciendo, con la reducción de nacimientos ahora también se tiene un aumento de adultos mayores con enfermedades por el ritmo de vida actual.
“Somos una sociedad sedentaria y adherida a equipos electrónicos, además de que la inseguridad ha hecho que las personas no salgan de sus casas”, dijo.
Comentó que más allá de las pensiones que en la actualidad otorga el gobierno federal, que aunque reducidas sí apoyan a esa población, se deben generar estrategias que garanticen el cuidado sanitario de los adultos mayores.
Dijo que sólo 4% de los adultos mayores cuenta con una pensión por su etapa laboral, el resto depende del apoyo de los gobiernos.
Por ello, consideró que es importante que se establezca una estrategia de gobierno que incorpore medidas de salud preventiva, condiciones económicas que garanticen un futuro adecuado de los mayores y se mejoren los sistemas de atención geriátrica.