Mariana Flores
La Secretaría de Gobernación estatal (Segob) confirmó que 59 reos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chignahuapan fueron contagiados con COVID-19, debido a la movilidad de custodios y personal administrativo del penal.
De acuerdo con el titular de la dependencia estatal, David Méndez Márquez, los contagios se dieron a pesar de los protocolos establecidos en las cárceles estatales, porque se trata de una cárcel “chica”.
Días antes del rebrote, tres de los reclusos de dicho penal que se hicieron la prueba de detección del virus, entre el 23 y 25 de diciembre, pero los resultados fueron negativos.
Las personas recluidas con resultados positivos fueron trasladados al denominado “penal COVID”, acondicionado en el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (Ciepa), en la capital poblana, mientras uno más es atendido en el Hospital General de Izúcar de Matamoros.
Méndez Márquez informó que hasta el corte del lunes 4 de enero hay 358 reos contagiados, de los cuales 61 están internados en el Ciepa; 59 de ellos provenientes del penal de Chignahuapan y tres más que se contagiaron en el Cereso de Cholula.
En julio de 2020, la entidad poblana se colocó como la segunda a nivel nacional con más muertes de reos contagiados, al acumular 25 casos, de acuerdo con la comisión Nacional de Derechos Humanos.
Entonces, sólo se contabilizaban 201 contagios al interior de las cárceles.
El penal COVID en Puebla fue el primero en su tipo en el país, acondicionado así desde el 28 de mayo, para darles tratamiento a los reos contagiados en casos no graves.