Germán Campos Ramos
Una errónea percepción de que la vacuna impide el contagio de COVID-19, genera un relajamiento peligroso que se traduce en un nuevo aumento en el índice de positividad, mismo que la semana pasada alcanzó 24% de las pruebas, observó el epidemiólogo José Castell Martínez.
“Si estoy vacunado me puedo volver a infectar. La vacuna lo que hace es evitar que tenga complicaciones y muera, tenemos que regresar al inicio, como cuando no había vacuna, regresar a todas las medidas preventivas, que podrían ser repetitivas, pero son útiles”, insistió.
El médico, con maestrías en Salud Pública y Gestión de Servicios de Salud, refirió que el panorama es complejo, pues por síntomas es difícil diagnosticar si los pacientes tienen COVID-19, influenza, adenovirus, rinovirus o virus sincitial respiratorio, especialmente porque al estar las personas vacunadas, los síntomas de SARS-CoV-2 son distintos a los observados un par de años atrás, en el inicio de la pandemia.
Dijo que, por testimonios de pacientes, sabe que algunos médicos de farmacia o de grandes hospitales descartan diagnosticar coronavirus al saberlos vacunados, por lo que tratan los síntomas de manera distinta.
Aun cuando los síntomas son menores, contagiar a más personas es posible, “los más vulnerables son los menores y adultos mayores, sobre todo si tienen los esquemas de salud incompletos”.
Consideró que la política del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, de regresar el uso obligatorio del cubrebocas, fue muy atinada, pues evaluaciones de la Secretaría de Salud documentan que se contuvieron los contagios durante las fiestas decembrinas.
Castell Martínez subrayó que hay un deterioro o desatención en las medidas preventivas, especialmente el mal uso del cubrebocas, que ahora se utiliza por debajo de la nariz, además de que el gel antibacterias dejó de ser el compañero incuestionable.
Sobre la influenza, recalcó que diferenciarlo de la COVID-19 es complicado con un simple interrogatorio médico, pues “se parecen mucho, son primos, ocasionan infecciones respiratorias altas y se transmiten de forma aérea o gotas de saliva”.
En ese sentido, apunto que también existen pruebas para detectar la influenza, por lo que lo más recomendable es someterse a alguna y llevar los resultados a un médico.