Sí, eso no es madera; es arena, pero, por supuesto, la hechura viene de moldes, agua, espátulas, esponjas, paciencia, precisión, resistencia al sol y el ruego de todos los escultores de que a las nubes ni se les ocurra pasar por el cielo de Jelgava, la ciudad más grande de Letonia. Suena lejos y extraño el nombre.
Ayer fue el aniversario 755 de fundación de la ciudad y, como ocurre desde hace 14 años, el Festival Internacional de Esculturas de Arena reúne a artistas especializados en trabajar con este material.
Mil toneladas de arena y decenas de artistas difundiendo el cumpleaños de la ciudad. Por eso, la escultura más aclamada es la de los dos leones coronados que cargan el escudo y, de fondo, el animal que puebla los bosques de este país.
Letonia, en la esquina oriente de Rusia, al norte. Un tercio del territorio mira al mar. Los pobladores, rubios y pelirrojos, blancos, tienen un parecido enorme con el aspecto de los rusos. El país fue parte de las repúblicas soviéticas 45 años.