En Los Ángeles también hay poblanos. Y no son pocos.
En el estado de California, la fundación Pies Secos cuenta unos 450 mil.
Ramón, Abigail, Jessica y Teresa, de la BUAP, han estudiado hasta los hábitos con los que más recuerdan a Puebla: la comida.
Con metodología seria y entrevistas cara a cara, preguntaron a los paisanos y por eso saben que a ocho de cada 10 morder una cemita les produce hasta lágrimas.
Arroz, pero como se hace en Atlixco, con verduras y sus hierbas, a la mitad de ellos.
Y luego tinga de pollo, chiles en nogada y camotes de Santa Clara.
Porque la ruta migratoria los expulsó de Atlixco, Izúcar, San Pedro Cholula, Chietla y la ciudad de Puebla.
Hoy la pasan mal.
Son detenidos, revisados, interrogados. En peligro de deportados porque un bicho que muere con agua y jabón pone en riesgo letal a quien sea tocado por gotas de saliva, por llanto.
La pasan muy mal.