Por: Lesly Mellado May
La próxima semana iniciará el proceso en Puebla para la elección de presidentes municipales y diputados locales.
De acuerdo con el Código Electoral, el Instituto Electoral del Estado (IEE) sesionará entre el 3 y el 5 de noviembre para dar inicio formal a la renovación de autoridades locales.
Los ciudadanos irán a las urnas el 6 de junio de 2021.
Aunque hay que decir que así está planteado en la ley, nos queda ver cómo será este proceso electoral en medio de la contingencia por el coronavirus y la incertidumbre sobre la vacuna.
Veremos, además, una jornada sin la ingeniería electoral morenovallista y con el debut de Morena en las urnas sin el nombre de Andrés Manuel López Obrador en la boleta electoral.
Hablemos de lo que deberá ser. Las precampañas que no deberán exceder los 10 días; serán a mediados de marzo, periodo en el que los partidos elegirán a sus candidatos.
Sin reglas claras sobre el proceso de reelección establecido constitucionalmente, las diferentes fuerzas políticas seguramente saldrán raspadas, especialmente Morena que ha decidido destronar al PRD en la guerra de tribus.
En materia de reelección para alcaldes y diputados, a las autoridades electorales les queda administrar el desorden que dejó el Poder Legislativo.
El registro de candidatos se llevará a cabo en la cuarta semana previa al inicio de las campañas electorales, es decir, la primera semana de abril.
Tomando en cuenta que sólo se dará la renovación de diputados por ambos principios y miembros de ayuntamientos, sin elección de gobernador, las campañas tendrán una duración de 30 días; serán en mayo.
Los reporteros habitualmente decimos que cada elección es histórica. Esta también lo será. Los diputados y alcaldes pueden quedarse un periodo más.
Ya veremos si, primero, lo permiten sus partidos y les dan paso libre a las candidaturas. Y luego, si los ciudadanos avalan el trabajo de los que hoy están en el poder.
En las escuelas públicas nos enseñaron el valor de la “no reelección”, pero el “pueblo bueno” del que habla el presidente López Obrador también tiene su versión, cuando en el año 2000 el PAN sacó al PRI de Los Pinos, alguien celebró: “qué bueno, ya que dejenrobar a otros”.