Por: Hervey Rivera / @herveyrivera
Ayotzinapa significa lugar de tortugas en náhuatl y es la población donde se encuentra la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de la que 43 estudiantes no regresaron la noche del 26 de septiembre de 2014, luego de ataques coordinados por fuerzas de seguridad municipal y federal e integrantes del Ejército, que efectuaron contra los estudiantes normalistas. El pasado fin de semana se cumplieron seis años de aquel trágico evento. Esta semana también se rememoran 52 años de la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, a manos de integrantes del Estado Mayor Presidencial (EMP).
El contexto y época histórica de ambos sucesos guardan un paralelismo: estudiantes como víctimas, represiones orquestadas por fuerzas de seguridad del Estado, un férreo control de la información, señalamientos de actores y fuerzas externas como responsables de los hechos.
Tendrían que pasar casi 30 años para que fuera público un video en la Plaza de las Tres Culturas del momento de la entrada del ejército y el inicio de la balacera.
Este material fue grabado en el entonces edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, hoy Centro Cultural Universitario Tlatelolco UNAM.
Por esa misma época salió a la luz el libro “Parte de Guerra, Tlatelolco 1968: Documentos del General Marcelino García Barragán: Los Hechos y la Historia” escrito por Carlos Monsivais y Julio Scherer en el que relatan pormenores hasta entonces desconocidos de noche del 2 de octubre a partir de las notas del secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.
La diferencia fundamental entre los dos hechos es el tiempo que ha transcurrido para acercarnos a la verdad y no precisamente histórica como lo señalaron textualmente los encargados de las investigaciones oficiales.
En seis años el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) obtuvo relevantes avances en el caso como resultado de un acuerdo entre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), los representantes de las víctimas de Ayotzinapa y el Estado mexicano el 18 de noviembre de 2014 que fungió como un órgano externo de asesoría técnica.
Es importante resaltar que dada la eficiencia y profesionalismo de este grupo de expertos prácticamente fueron corridos del país en el sexenio pasado. El factor internacional también es la diferencia con respecto a la tragedia del 2 de octubre.
El GIEI presentó dos informes que ofrecen posibles explicaciones sobre la desaparición de los estudiantes normalistas, el 1er informe está disponible en:
y el segundo en:
Hoy de nueva cuenta como coadyuvantes en el caso el GIEI es un apoyo importante para acercarnos a la verdad, a secas, de lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, Guerrero.