Cecy Rendón
Mucho se ha dicho de ayudar a los pequeños negocios. Pero más allá de la buena voluntad, fomentar el consumo local requiere un serio cambio de hábitos en la mayoría de las personas.
Cuando decimos que hay que apoyar el consumo local, debemos ir más allá de las buenas intenciones. Todos queremos que la economía y los comercios se recuperen lo antes posible; todos queremos ver qué nuestras comunidades, nuestro país y el mundo entero se recuperen de esta crisis… ¿Pero esto qué implica en nuestro día a día?
Tomemos por ejemplo el supermercado.
La mayoría de las personas lo utilizamos como una forma muy práctica de encontrar todo lo que necesitamos para comer, todo está en el mismo lugar. Una sola vuelta.
Si queremos apoyar a los pequeños comercios, tendremos que comprar las frutas y verduras en un lugar, las carnes en otros, los lácteos en otros, y tendremos que “dar más vueltas”. Lo que en nuestro día a día podría parecer poco práctico, demandando un mayor consumo de tiempo y de esfuerzo.
Todo es cuestión de organización. Cambiar nuestros hábitos de consumo no es tan complicado. En la mayoría de las veces solo se trata de modificar un poco nuestros trayectos diarios y estar dispuestos a invertir unos cuantos minutos en pro del beneficio de todos.
Tal vez tengas que desviarte una calle o un par de cuadras, todo por comprar unos litros de leche o el pollo de la semana. Lo que para ti es un pequeño inconveniente, para el dueño del comercio representa su ingreso y el sustento de su familia.
Tomarse una tarde para planear nuevas rutas, y hacer un esfuerzo consiente en nuestro día a día para modificar hábitos hará una gran diferencia en la reactivación económica que tanto necesitamos.
Lo mismo sucede en todas las demás áreas de consumo de nuestra vida. Si podemos comprar las cosas –que como quiera vamos a adquirir– en pequeños comercios, el beneficio económico para nuestra comunidad, y repito, para nuestro país, será invaluable.
Es momento de ser solidarios, es momento de apoyarnos unos a otros, es momento de estar dispuestos a entregar un poco de nuestra comodidad y modificar nuestros hábitos de consumo para sacar adelante a México, y a todas las familias que orgullosamente compartimos este bello país.