Hugo Arquímedes González Pacheco M.
Las escuelas de Educación Especial (CAM) y las Unidades de Servicio y Apoyo a la Educación Regular (USAER)
realizan muchas funciones más allá de la educación normal. Proporcionan un refugio seguro e influyen en las
familias con niños que tienen barreras para el aprendizaje, alientan la participación social ofreciendo un apoyo
vital individualizado que, hoy, la pandemia impide.
El secretario federal de Educación Moctezuma, en su demagogia, anunció el día sábado 15 y el domingo 16 que la educación especial se traduce en que la televisión contará con maestros especialistas para la elaboración de guiones, intérpretes de señas mexicanas, programas para padres, materiales en sitio web, apoyos a alumnos con ceguera o déficit visual.
¿Y dónde quedan los niños con autismo, parálisis cerebral, trastornos de déficit de atención, hiperactividad?, ¿y los que padecen discapacidad intelectual? Cientos de alumnos con problemas auditivos desconocen el lenguaje de señas y mencionó que capacitarán a 42 mil docentes de Educación Especial cuando ellos ya tienen estudios superiores a las malas capacitaciones de la SEP.
El domingo se difundieron los horarios de clases de la educación básica y bachilleratos con cobertura nacional, pero el aprendizaje por televisión o en línea simplemente no está a la altura de esas necesidades pedagógicas, convirtiéndose en barreras para el aprendizaje de niñas, niños y adolescentes con discapacidad que al día de hoy no cuentan con libros. Los docentes tampoco tienen.
La naturaleza del distanciamiento educativo obligado por la pandemia de COVID-19 claramente es perjudicial para todos, pero más para los estudiantes con discapacidad que requieren exactamente lo contrario. Los docentes deben seguir en estrecha comunicación, igual que los expertos en educación especial para apoyar las barreras de aprendizaje que a menudo son diversas y complejas. Hay que reconocer que esas insuficiencias constituyen requisitos esenciales y no deben pasarse por alto en tiempos de crisis, precisamente cuando más se necesita su continuidad.
Atender la situación caso por caso es la forma más práctica de asignar ayudas audiovisuales telefónicas, estableciendo comunicación con los padres de familia, para no desestimar por completo sus derechos a la educación.
Para los alumnos con problemas de atención será un reto encontrar la forma propia para trabajar frente a un televisor o computadora. Es un gran desafío. La pérdida de la rutina diaria que proporciona la escuela añade una capa significativa de dificultad para los alumnos con discapacidades que son sensibles al cambio, como los que tienen el trastorno del espectro autista, discapacidad intelectual, parálisis cerebral.
Muchos sitios web y programas simplemente no son accesibles para los estudiantes ciegos o sordos. Los especialistas ya lo han dicho: poner un intérprete de lenguaje de señas en pantalla no garantiza la accesibilidad de los estudiantes.
En televisión, un conductor será asesorado en vivo para la enseñanza. Esto no asegura que los alumnos con discapacidad puedan mantener la atención, aprender y estudiar para lograr los aprendizajes cuando no cuentan con los libros de texto, materiales de estudio en los diferentes formatos, como versiones escaneadas en Braille.
Muchos maestros están haciendo un esfuerzo adicional, utilizando las videoconferencias, teléfonos, intentando el aprendizaje en línea. Se llegó a la conclusión de que no se podía ofrecer a los estudiantes con discapacidad los importantes servicios educativos que necesitan para brindar la educación eficiente que prometió el presidente en Acapulco.
Pienso que hay una comprensión limitada acerca de cómo el distanciamiento escolar afecta los servicios de apoyo de Educación Especial para la atención al alumnado. La mayoría de las veces, son los padres los que sustituyen. Algunos deberán pedir asesoría a los docentes de educación especial. Repito: esto se atiende caso por caso.
El acompañamiento y seguimiento que deben realizar los docentes de Educación Especial lo deberán hacer los padres: tendrán que aprender técnicas para manejar el estrés y las emociones, dinámicas de implementación, crear nuevas rutinas en casa. Necesitan información psicosocial: manejo de la situación, transmisión de la información, gestión del estrés y de las emociones, la importancia del juego.
Por otro lado, las actividades de las distintas materias van con sus instrucciones escritas y pictogramas, pequeñas imágenes que permiten a los niños comprender visualmente lo que uno les solicita. Como ahora vemos en todos lados dibujos que representan la acción para decirnos cómo lavar correctamente las manos. Ello es esencial en el material para estudiantes con necesidades especiales.
Docentes y expertos de Educación Especial tienen hoy demasiada carga administrativa. Se les solicita tanta evidencia electrónica que es obvio que se improvisa, y hay exigencias de documentos que cambian de un día para otro o después de las 10 de la noche se les piden reportes, datos y exposiciones de último momento.
Surge así el desafío de la organización y realización de las carpetas de experiencias, de acuerdo con las posibilidades de madres y padres de familia, que desconocen el uso de plataformas, y hay quienes carecen de acceso a internet. No podemos dejar de lado el hecho de que muchos de los padres de hijos con discapacidad cursan con diagnósticos iguales o más severos, lo cual dificulta el objetivo de crear comunidades de aprendizaje con redes de apoyo del entorno.
Como mencionan los expertos, “no hay respuestas porque nadie ha experimentado esto” de la pandemia. El llamado Modelo Educativo Aprende en Casa II será complicado porque las familias van a tener que ser el maestro, el terapeuta y estar directamente comunicados con el docento. Cualquier tipo de inequidad que exista en el sistema, va a estar magnificada en un modelo de aprendizaje a distancia.
Otro desafío importante es que hay hogares donde lamentablemente el niño con discapacidad no solo es uno, hay padres con dos o hasta tres hijos con discapacidad y ahí el diseño de estrategias de comunicación es determinante, aunado a que las familias tienen diferentes recursos económicos, intelectuales y sociales.
Se tiene claro los objetivos de los alumnos de Educación Especial y lo que necesitan aprender. Pero la forma en que se cumplen esos objetivos, dada la situación, ha cambiado.
Significa que los docentes de educación especial están elaborando las adaptaciones de metodología y ambientes de aprendizaje, haciendo todos lo que se puede y aportando hasta más de seis horas de su horario laboral.
En todos los niveles, los tutores son clave.
“Al final, es explicarle al padre y a la madre cómo realizar lo mejor posible determinada actividad”. Tal como en la escuela es imprescindible el acompañamiento del docente, en la casa es imprescindible el acompañamiento de los padres. Y si trabajan, los niños no podrán, solos, tener la retroalimentación indispensable.
Usted, ¿qué opina?