Por: Rocío García Olmedo/ [email protected] @rgolmedo/ rociogarciaolmedo.blogspo.mx
Palabra de mujer
En medio de la vorágine de temas que pretenden distraer la atención de la verdadera problemática por la que transita nuestro país, el Congreso del Estado ha concluido el tercer periodo ordinario del segundo año legislativo, que inició el 15 de mayo y terminó el pasado 15 de julio (artículo 50 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla y 19 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo)
Dos años de ejercicio han transcurrido de esta LX Legislatura y cada día más se percibe la cercanía del proceso electoral que para el estado inicia en la primera semana de noviembre de este año. En este periodo se celebraron 10 sesiones ordinarias y una extraordinaria el 22 de julio, todas se llevaron a cabo en línea por la contingencia sanitaria, después que el 13 de mayo –sesión extraordinaria aún presencial– se aprobó hacerlas en este formato. D
urante este periodo presenté 14 iniciativas de reformas a diversas normativas y dos puntos de acuerdos para exhortar al Ejecutivo federal y a la Secretaría de Hacienda, así como al Ejecutivo estatal y a la Secretaría de Planeación y Finanzas a detener los recortes que vienen realizando a los presupuestos de los 217 ayuntamientos de la entidad.
De la más alta relevancia –desde el 2018 inició el procedimiento legislativo– lo constituye el haber logrado la dictaminación y aprobación de diversas iniciativas que inciden en dos temas de alta prioridad para las mujeres porque llevan como propósito otorgar la garantía y protección de sus derechos político-electorales y su aplicación en el próximo proceso electoral: la paridad total y la violencia política contra las mujeres en razón de género, figuras jurídicas que fueron incluidas en la Constitución Política del Estado, la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y en el Código de Procesos e Instituciones Electorales.
A partir de ahora, y durante el último año del ejercicio legislativo, el Congreso del Estado, además de continuar los trabajos legislativos que le competen, deberá constituirse en el espacio en el cual se tendrán que atender y debatir la diversidad de temas que se producen en los procesos político-electorales, derivado de la inminente interacción entre democracia y representación por la vía del parlamento.
Como bien lo exponen los estudiosos, más aún cuando escuchamos el “no somos iguales”, lo que significará –ojalá– que deberá trascender en esas discusiones el diálogo y el respeto a la ley. Porque si la pretensión es como hasta ahora, presentar uno y otro tema, una y otra ocurrencia, para distraer la atención de la verdadera problemática por la que transcurre el país, me parece que se les complicará porque cada día aumenta la percepción sobre la falta de acciones de gobierno para su atención.
Esta problemática pasa por enfrentar una caída considerable en la economía, incluso –dicen los que saben– una desaceleración económica que no se veía en México desde la década de los 30. El Banco de México estima que la economía se contraerá 7.27 por ciento en 2020. En salud, casi 40 mil defunciones por COVID-19 en el país y 2 mil 456 en el estado de Puebla hasta ayer, con un sistema ya de por sí colapsado antes de la llegada de la pandemia.
En empleo, la proyección es una pérdida de 693 mil plazas laborales en promedio en México y Puebla ocupa el séptimo lugar en este rubro. La inseguridad en el país y la entidad se ha incrementado con respecto al año anterior, 8 de cada 10 personas se sienten inseguras en el estado. Y que decir de la pobreza, 80.5 millones ciudadanos en condiciones de pobreza o pobreza extrema dejará esta pandemia de coronavirus, de acuerdo con los cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Me parece que, aunque intente el partido oficial Morena en el gobierno federal y en Puebla distraer la atención de esta muy grave problemática, tendrá que enfrentarla justo al mismo tiempo en que se desarrollará el proceso electoral en la entidad.