Por: Adolfo Flores Fragoso
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Pues resulta que Donald Trump sigue siendo muy popular entre la base de su partido al día de hoy.
Dos encuestas publicadas el pasado miércoles 26 de mayo por Politic/Morning Consult revelaron que 82% de los votantes republicanos tienen opiniones favorables sobre Trump, mientras que 77% de los mismos coincidieron para The Economist/YouGov.
Las afirmaciones de Trump respecto al tema de que le robaron las elecciones son defendidas aún entre los votantes republicanos también. Encuestas recientes muestran que alrededor de 7 de cada 10 de ellos todavía creen que el presidente Biden no derrotó legítimamente a Trump en noviembre pasado.
¿Por qué el comentario?
El pasado miércoles, los republicanos de la Cámara -con dichas encuestas en mano-, votaron por la destitución de la representante Liz Cheney de Wyoming como presidente de tercera posición de su bancada. El principal delito de Cheney es que se negó repetidamente a respaldar las afirmaciones del ex presidente Donald Trump sobre el fraude electoral en la contienda presidencial de 2020. Incluso lo criticó abiertamente en el proceso.
Un tweet publicado y republicado por ella la sentenció: “Las elecciones presidenciales de 2020 no fueron robadas. Cualquiera que diga que sí, está difundiendo UNA GRAN MENTIRA, dando la espalda al estado de derecho y envenenando nuestro sistema democrático”.
Cheney fue destituida finalmente como representante de los republicanos, lo que demuestra también lo poco que importa la ideología en su partido en comparación con la lealtad a Trump.
Este ejemplo muestra una vez más el fin de la ideología en los partidos políticos.
“Somos el partido en el gobierno, pero no somos el gobierno”, aclaró con precisión Jesús Reyes Heroles en cierto texto.
Líneas más abajo escribió: “la tarea fundamental es la actividad ideológica, pero a la vez desmantelar las fortalezas ideológicas de aquellos que se oponen a un proceso revolucionario; vencer esas resistencias, no por intangibles menos fuertes; precisar y llevar a sus últimas consecuencias la concepción que nos guía y difundirla, de manera que se convierta cada vez más en el pensamiento común de los mexicanos; ir, en síntesis, a una activa y constante lucha cultural, que supere las resistencias activas o pasivas”.
Hacer política con ideología y sin protagonismos.