Hervey Rivera / @herveyrivera
El pasado lunes 3 de de agosto un suceso cotidiano dominó la conversación digital en el país: la difusión de un video de un asalto el viernes 31 de julio a usuarios de transporte de pasajeros en una camioneta tipo van, conocidas popularmente desde hace décadas como combis, en la carretera federal México-Texcoco.
En el video de una cámara instalada al interior del vehículo se pudo observar cómo un grupos de alrededor cinco personas, todos ellos varones, aprovecharon su superioridad numérica para golpear al ladrón que momentos antes pretendió despojarlos de sus pertenencias.
Las cámaras de video son de uso obligatorio en los vehículos de transporte público en algunas entidades como una medida disuasiva ante la delincuencia, una disposición que en la práctica no ha ayudado a disminuir ni los índices de robo ni la violencia en estos.
Es paradójico que la paliza que los usuarios del transporte propinaron al ladrón tenga un efecto disuasivo temporal en la seguridad de la zona, que la vigilancia de las autoridades y las propias cámaras, así lo reportó una nota:
“Tras golpiza en combi, no se han reportado robos sobre la México-Texcoco: líder transportista”, El Universal, 9/ago/20.
Las cifras oficiales del delito de robo en transporte público colectivo a nivel nacional pueden ser engañosas ya que la cifra negra, los delitos no denunciados ante el ministerio público, representa el 93% de los mismos según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2019, por lo que las cifras reales son alarmantes y pueden ofrecernos una hipótesis de trabajo –la impunidad y la justicia por propia mano-sobre las causas que orillan las personas a ejercer la violencia en contra de los delincuentes que amenazan su integridad y la de sus bienes:
La difusión del video fue un fenómeno que centró la atención y opinión de usuarios de redes sociales, los medios de comunicación convencionales (televisión, radio y prensa) lo abordaron como una nota más de seguridad pública. En el terreno de los sentimientos y emociones que dominan la conversación digital la venganza fue aplaudida en su mayoría por los usuarios de redes. Si duda un suceso que más allá de lo anecdótico amerita una profunda reflexión por parte de la sociedad.