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Los costes del cambio climático

Colaborador del Tec de Monterrey por Colaborador del Tec de Monterrey
19 mayo, 2022
en Opinión
Los costes del cambio climático
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Por: Dr. José Manuel Nieto Jalil  / Director del Departamento Regional de Ciencias en la Región Centro-Sur Tecnológico de Monterrey Campus Puebla

El continente antártico es la región más austral de la Tierra y el cuarto continente más grande del mundo, cuenta con 14.2 millones de kilómetros cuadrados y contiene el 90% del hielo del mundo y más del 70% de su agua dulce. Está formado por una gigantesca plataforma dividida en tres partes: Península antártica, Antártida occidental, bañada por el Océano Pacífico y por el Mar de Amundsen y la occidental, orientada al Océano Índico. Adicionalmente, la Antártida es el continente más frío, seco, ventoso y más austral de la Tierra. Alrededor del 98% de su superficie está cubierta de hielo, que tiene un espesor promedio de 1.9 km, contiene el Polo Sur geográfico y está rodeada por el océano Antártico.

 

En el siglo XX, la Antártida orien­tal apenas se calentó, pero entre 2002 y 2020 el continente helado ha perdido una media de 149 mil millones de tonela­das de hielo al año, según datos de la NA­SA. El derretimiento de esta zona preocu­pa de especial manera a los científicos, ya que la capa de hielo es cinco veces supe­rior a la parte occidental de la Antártida y si la oriental se derritiera, los mares de todo el mundo aumentarían.

En la actualidad la Tierra alberga un 50% de probabilidades de que la tempera­tura media anual alcance temporalmen­te y por primera vez los 1.5 grados Centí­grados de calentamiento en los próximos cinco años con respeto a los niveles prein­dustriales, un porcentaje que aumenta con el tiempo. Esa nueva predicción cli­mática fue elaborada por la Oficina Me­teorológica del Reino Unido (Met Office), el centro principal de la Organización Me­teorológica Mundial (OMM) para ese tipo de predicciones.

La probabilidad de que la Tierra llegue por primera vez a los 1.5 grados Centí­grados de calentamiento climático ha au­mentado constantemente desde 2015, por ejemplo, la probabilidad de que la Tie­rra alcanzará esos valores entre los años 2017 y 2021 sólo era del 10%, en la ac­tualidad la probabilidad de que alcance esos valores entre los años 2022 y 2026 es del 50%, valor que representa un gran peligro para el planeta. Adicionalmen­te reportan en este informe que entre el 2022 y 2026 existe una probabilidad de un 93% de que al menos un año en ese pe­riodo se convierta en el año más cálido ja­más registrado en nuestro planeta. La ci­fra de 1.5 grados Centígrados no es una estadística aleatoria, constituye un indi­cador del punto en el que los impactos cli­máticos serán cada vez más dañinos para las personas y para todo el planeta.

Por otra parte, si un año del periodo 2022 al 2026 se superara ese valor de 1.5 grados Centígrados, ello no signifi­caría que se hubiera rebasado el umbral simbólico del Acuerdo de París, pero sí de­mostraría que nos estamos acercando ca­da vez más a una situación en la que el lí­mite de 1.5 grados Centígrados se podría sobrepasar durante un lapso prolongado. La ciencia ha mostrado que una subida mayor de la temperatura media anual – tomando como punto de referencia los ni­veles de la era preindustrial (1850-1900)- provocaría más fenómenos meteorológi­cos extremos, aumentaría la inseguridad alimentaria y causaría una mayor presión sobre los recursos hídricos.

La emisión de gases de efecto inverna­dero han estado provocando el aumento de las temperaturas y colateralmente han inducido que nuestros océanos se vuelvan cada vez más cálidos y ácidos, que el hie­lo marino y los glaciares continúen derri­tiéndose, que el nivel del mar aumente ca­da año y finalmente que nuestro clima sea mucho más extremo.

Según diferentes estudios científicos, el cambio climático podría aumentar un 25% el terreno libre de hielo en la An­tártida a finales de siglo, lo que provo­caría cambios drásticos en la biodiversi­dad del continente, ya que ofrecerá nue­vas áreas de expansión a especies nativas, pero también podría causar que se extien­dan especies invasoras y, a largo plazo, la extinción de las especies nativas menos competitivas.

Como dato curioso podemos citar que, si todo el hielo terrestre que cubre la An­tártida se derritiera, los mares aumenta­rían en más de 60 metros debido a que contienen alrededor de 30 millones de ki­lómetros cúbicos de hielo. Recordemos, cuando la mayoría de todos los periódicos del mundo hacían referencia a que un gi­gantesco iceberg de unos 6 mil kilómetros cuadrados y un billón de toneladas, uno de los más grandes que hayan sido regis­trado jamás, se había desprendido final­mente del segmento Larsen C del conti­nente blanco. El deshielo de la Antárti­da es la alerta roja del planeta sobre los peligros del cambio climático. La barre­ra de hielo Larsen se denomina así en ho­nor al capitán noruego Carl Anton Lar­sen, quien en diciembre de 1893 navegó a lo largo de ellas.

Es importante aclarar que las barreras o plataformas de hielo que se encuentran en la Antártida, Groenlandia y Canadá no afectan directamente al nivel del mar. Su función es actuar como muros de con­tención e impiden que las capas de hie­lo y los glaciares que se encuentran tras ellas se desplacen hacia el mar. Sin em­bargo, la pérdida de estas barreras daría vía libre a los glaciares para fluir hacia el océano, lo que sí provoca el aumento del nivel del mar.

Debido a la concentración actual y a las continuas emisiones de gases de efec­to invernadero, es probable que el final de este siglo presencie un aumento en la temperatura media mundial así, los océanos se calentarán y el deshielo con­tinuará.

Se estima que el aumento del nivel me­dio del mar será de entre 24 y 30 centí­metros para 2065 y de 40 a 63 centíme­tros para 2100.

Los océanos se han calentado, las can­tidades de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar ha subido. De 1901 a 2010, el nivel medio mundial del mar as­cendió 19 cm, ya que los océanos se ex­pandieron debido al hielo derretido por el calentamiento. El calentamiento del cli­ma ha contribuido a provocar estos desas­tres, formando estanques de agua de des­hielo sobre la superficie de la barrera. En último lugar, existen pruebas alarman­tes de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de inflexión que da­rían lugar a cambios irreversibles en im­portantes ecosistemas y en el sistema cli­mático del planeta.

El Acuerdo de París establece objetivos claros a largo plazo para guiar a todas las naciones a disminuir sustancialmente las emisiones globales de gases de efecto in­vernadero. De cumplirse esos acuerdos podríamos limitar el aumento de la tem­peratura global en este siglo y las conse­cuencias negativas e irreversibles que se daría en nuestro planeta.

El cambio climático es uno de los ma­yores desafíos de nuestro tiempo y supo­ne una presión adicional para nuestras sociedades y el medio ambiente. Desde pautas meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones ca­tastróficas, los efectos del cambio climáti­co son de alcance mundial y de una esca­la sin precedentes. Si no se toman medi­das drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el fu­turo. Sin embargo, existen grandes difi­cultades para estimar con precisión el al­cance de estos efectos, ya que dependerán del grado de adaptación de las economías y la población al nuevo entorno.

Etiquetas: cambio climáticocontaminacionMéxico

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