Por: Dr. José Manuel Nieto Jalil / Director del Departamento Regional de Ciencias en la Región Centro-Sur Tecnológico de Monterrey Campus Puebla
El continente antártico es la región más austral de la Tierra y el cuarto continente más grande del mundo, cuenta con 14.2 millones de kilómetros cuadrados y contiene el 90% del hielo del mundo y más del 70% de su agua dulce. Está formado por una gigantesca plataforma dividida en tres partes: Península antártica, Antártida occidental, bañada por el Océano Pacífico y por el Mar de Amundsen y la occidental, orientada al Océano Índico. Adicionalmente, la Antártida es el continente más frío, seco, ventoso y más austral de la Tierra. Alrededor del 98% de su superficie está cubierta de hielo, que tiene un espesor promedio de 1.9 km, contiene el Polo Sur geográfico y está rodeada por el océano Antártico.
En el siglo XX, la Antártida oriental apenas se calentó, pero entre 2002 y 2020 el continente helado ha perdido una media de 149 mil millones de toneladas de hielo al año, según datos de la NASA. El derretimiento de esta zona preocupa de especial manera a los científicos, ya que la capa de hielo es cinco veces superior a la parte occidental de la Antártida y si la oriental se derritiera, los mares de todo el mundo aumentarían.
En la actualidad la Tierra alberga un 50% de probabilidades de que la temperatura media anual alcance temporalmente y por primera vez los 1.5 grados Centígrados de calentamiento en los próximos cinco años con respeto a los niveles preindustriales, un porcentaje que aumenta con el tiempo. Esa nueva predicción climática fue elaborada por la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office), el centro principal de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para ese tipo de predicciones.
La probabilidad de que la Tierra llegue por primera vez a los 1.5 grados Centígrados de calentamiento climático ha aumentado constantemente desde 2015, por ejemplo, la probabilidad de que la Tierra alcanzará esos valores entre los años 2017 y 2021 sólo era del 10%, en la actualidad la probabilidad de que alcance esos valores entre los años 2022 y 2026 es del 50%, valor que representa un gran peligro para el planeta. Adicionalmente reportan en este informe que entre el 2022 y 2026 existe una probabilidad de un 93% de que al menos un año en ese periodo se convierta en el año más cálido jamás registrado en nuestro planeta. La cifra de 1.5 grados Centígrados no es una estadística aleatoria, constituye un indicador del punto en el que los impactos climáticos serán cada vez más dañinos para las personas y para todo el planeta.
Por otra parte, si un año del periodo 2022 al 2026 se superara ese valor de 1.5 grados Centígrados, ello no significaría que se hubiera rebasado el umbral simbólico del Acuerdo de París, pero sí demostraría que nos estamos acercando cada vez más a una situación en la que el límite de 1.5 grados Centígrados se podría sobrepasar durante un lapso prolongado. La ciencia ha mostrado que una subida mayor de la temperatura media anual – tomando como punto de referencia los niveles de la era preindustrial (1850-1900)- provocaría más fenómenos meteorológicos extremos, aumentaría la inseguridad alimentaria y causaría una mayor presión sobre los recursos hídricos.
La emisión de gases de efecto invernadero han estado provocando el aumento de las temperaturas y colateralmente han inducido que nuestros océanos se vuelvan cada vez más cálidos y ácidos, que el hielo marino y los glaciares continúen derritiéndose, que el nivel del mar aumente cada año y finalmente que nuestro clima sea mucho más extremo.
Según diferentes estudios científicos, el cambio climático podría aumentar un 25% el terreno libre de hielo en la Antártida a finales de siglo, lo que provocaría cambios drásticos en la biodiversidad del continente, ya que ofrecerá nuevas áreas de expansión a especies nativas, pero también podría causar que se extiendan especies invasoras y, a largo plazo, la extinción de las especies nativas menos competitivas.
Como dato curioso podemos citar que, si todo el hielo terrestre que cubre la Antártida se derritiera, los mares aumentarían en más de 60 metros debido a que contienen alrededor de 30 millones de kilómetros cúbicos de hielo. Recordemos, cuando la mayoría de todos los periódicos del mundo hacían referencia a que un gigantesco iceberg de unos 6 mil kilómetros cuadrados y un billón de toneladas, uno de los más grandes que hayan sido registrado jamás, se había desprendido finalmente del segmento Larsen C del continente blanco. El deshielo de la Antártida es la alerta roja del planeta sobre los peligros del cambio climático. La barrera de hielo Larsen se denomina así en honor al capitán noruego Carl Anton Larsen, quien en diciembre de 1893 navegó a lo largo de ellas.
Es importante aclarar que las barreras o plataformas de hielo que se encuentran en la Antártida, Groenlandia y Canadá no afectan directamente al nivel del mar. Su función es actuar como muros de contención e impiden que las capas de hielo y los glaciares que se encuentran tras ellas se desplacen hacia el mar. Sin embargo, la pérdida de estas barreras daría vía libre a los glaciares para fluir hacia el océano, lo que sí provoca el aumento del nivel del mar.
Debido a la concentración actual y a las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, es probable que el final de este siglo presencie un aumento en la temperatura media mundial así, los océanos se calentarán y el deshielo continuará.
Se estima que el aumento del nivel medio del mar será de entre 24 y 30 centímetros para 2065 y de 40 a 63 centímetros para 2100.
Los océanos se han calentado, las cantidades de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar ha subido. De 1901 a 2010, el nivel medio mundial del mar ascendió 19 cm, ya que los océanos se expandieron debido al hielo derretido por el calentamiento. El calentamiento del clima ha contribuido a provocar estos desastres, formando estanques de agua de deshielo sobre la superficie de la barrera. En último lugar, existen pruebas alarmantes de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de inflexión que darían lugar a cambios irreversibles en importantes ecosistemas y en el sistema climático del planeta.
El Acuerdo de París establece objetivos claros a largo plazo para guiar a todas las naciones a disminuir sustancialmente las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De cumplirse esos acuerdos podríamos limitar el aumento de la temperatura global en este siglo y las consecuencias negativas e irreversibles que se daría en nuestro planeta.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y supone una presión adicional para nuestras sociedades y el medio ambiente. Desde pautas meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, los efectos del cambio climático son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro. Sin embargo, existen grandes dificultades para estimar con precisión el alcance de estos efectos, ya que dependerán del grado de adaptación de las economías y la población al nuevo entorno.