Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava / correo: [email protected] web: parmenasradio.org
A una persona de derecha lo que más
le inquieta es ser molestado
por el gobierno, mientras
que la preocupación fundamental
de alguien de izquierda
es ser excluido
de las decisiones políticas
Daniel Innerarity
En este mes de octubre de 2023, inicia la cuenta regresiva de esta administración pública federal sobre el fin del mandato, aunque sinceramente, ya inició desde hace unos meses que se puso en los medios, las propuestas de los candidatos del partido oficial a la presidencia, la competencia entre ellos y el resultado final de quien será la próxima candidata a la presidencia, de forma muy prematura.
Como que había urgencia desde el Palacio Nacional, de poner estos temas en la palestra nacional para alejarnos de tantos problemas que nunca se afrontaron en este gobierno federal, y que para lo que queda de él, no se afrontarán.
Aun así, con esta cuenta regresiva se puede iniciar con algunas calificaciones de lo que sucedió en esta administración pública federal.
Lo primero, es evaluar la tendencia política de este gobierno federal, si es que la inclinación de sus políticas públicas fueron de izquierda, o bien, de derecha.
Para poder hacer esa evaluación primero, habría que observar cual es la posición de ambas tendencias, para lo que, magistralmente cita el profesor español Daniel Innerarity: “La derecha y la izquierda coinciden en considerar que la democracia es un régimen de libertad, lo que las distingue no es el principio de libertad individual sino la manera de entenderla. A una persona de derecha lo que más le inquieta es ser molestado por el gobierno, mientras que la preocupación fundamental de alguien de izquierdas es ser excluido de las decisiones políticas”.
Si consideramos esa postura tan práctica y sencilla para asumir cuales son las políticas de izquierda y cuales son de derecha, encontramos que la postura de la presidencia de este sexenio que está por expirar, fue de la que se denominaba en algún tiempo: “del centro”, es decir, ni todas las políticas de izquierda, ni todas las políticas de derecha.
Precisamente, como se sostiene que fue como se estuvo gobernando por el anterior partido oficial por aproximadamente ochenta años en México.
Si observamos qué políticas se mantuvieron de derecha en esta vetusta administración pública federal, nos encontramos como aquellas que consisten en mantener las mismas prácticas usureras de las instituciones bancarias, comisiones por todo movimiento que se cobra a los usuarios de la banca. De esa parte, no se hizo absolutamente nada, se mantuvo la postura de que las instituciones financieras en este país que cobren lo que quieran.
Y de paso, no sucedió tampoco nada con acabar con los monopolios que es una tendencia mas que de derecha del denominado “neoliberalismo”, pues los monopolios, oligopolios, duopolios, son un cáncer para la economía liberal, sostenido esto por el propio Adam Smith, como padre del liberalismo económico.
Al contrario, observamos como la pequeña y mediana empresa fue debilitándose, hasta el grado de llegar a cerrar y dejar el mercado en manos de las grandes compañías, por ende, esto no es otra cosa más que neoliberalismo puro, esto sin considerar que este gobierno por presión de Estados Unidos de América tuvo que firmar otro tratado de libre comercio, más salvaje que el anterior, y de eso basta con esperar un tiempo más para cerciorarnos que, este documento jurídico acabará con la iniciativa privada mexicana.
Pero, de políticas públicas de izquierda, lo poco que se hizo fue dotar a los más necesitados de becas y apoyos gubernamentales a cambio de nada, bueno casi nada, pero fuera de ello no se hizo mucho por esa gran clase de los más necesitados, que el profesor uruguayo Eduardo Galeano, los denominaba como: “el pobrerio”, que no cuenta con propiedad alguna, a veces ni con identidad o un acta de nacimiento.
Fuera de eso, el tratamiento a los migrantes no es una postura de izquierda, lo mismo que los problemas en el sector salud que a la fecha no se han podido resolver, y así muchas otras políticas públicas que dejaron en suspenso la posibilidad de que efectivamente cumplan con los principios de las izquierdas.
En resumen, pudiera decirse que ni izquierda, ni de derecha es como se puede sostener que fueron las políticas publicas de está administración pública federal, sino como se ha sostenido que se ha mantenido los gobiernos en México, en un termino medio, es decir, del centro.