Por: Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Es relativo
Leer o escuchar obras de William Shakespeare es remontarse a otros maravillosos tiempos, a épocas de ensoñación. Es trascender épocas. Los conocedores lo señalan como el autor más importante de todos los tiempos en lengua inglesa.
Sus obras contienen o dramas históricos o comedia o tragedias; su grandeza radica tanto en el empleo novedoso del idioma, como en la verosimilitud, crudeza y universalidad de los personajes que creó.
En una síntesis, podemos señalar que escribió comedias, tragedias, historias, románticas, poemas y sonetos.
Comedias: La fierecilla domada, El sueño de una noche de verano, El Mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, Noches de Reyes, Como gustéis, Las alegres comadres de Windsor, A buen fin no hay mal principio, La tempestad, y otras más.
Tragedias: Romeo y Julieta, Julio César, Hamlet, Otelo, El Rey Lear, Macbeth, Antonio y Cleopatra, y otras.
Dramas históricos: Eduardo III, Enrique VI, Ricardo III, Enrique IV, El Rey, y otros más.
A pesar de todas esas grandes obras, muchos dudan de la existencia de Shakespeare, y piensan o aseguran que otra persona o un conjunto de personas realizaron todas esas obras, amparadas por un seudónimo, es decir, el nombre William Shakespeare.
Estas obras, se dice, agregaron al idioma inglés cerca de mil setecientas palabras. Igualmente se afirma que en sus obras los actores, para interpretar los roles femeninos, se ocupaban hombres disfrazados de mujeres.
Algunas de las obras de Shakespeare han sido analizadas por psicólogos de nuestra época para estudiar a sus personajes.
Por ejemplo, en la obra trágica de Otelo, los celos es la estrategia creada contra Otelo por su enemigo Yago, quien le hace saber que Carsio tiene un pañuelo blanco que le entregó Desdémona como prueba de la traición de ella.
Los celos no dejan razonar a Otelo, cree en el adulterio de Desdémona, cree la historia del pañuelo y mata a su esposa y él se suicida.
Otelo nunca vio un pañuelo blanco, sus celos no lo dejaron razonar sobre la existencia de la aparente evidencia que realmente nunca existió, sólo en su mente celosa. De haber buscado la existencia del referido pañuelo y al no encontrarlo, hubiera sabido la verdad del engaño y no hubiera matado a su esposa ni se hubiera desencadenado suicidio alguno.
Algunas frases célebres entresacadas de las obras de William Shakespeare:
- Las maldiciones nunca son más allá de los labios que las profesan.
- Ser o no ser, esa es la cuestión.
- Cuando te vi me enamoré y tu sonreíste porque lo sabías.
- En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos y lo que esperamos ser.
- Es mejor ser rey de tu silencio, que esclavo de tus palabras.
- Las heridas que no se ven son las más profundas.
- Sabemos lo que somos, pero no en lo que podemos convertirnos.
- Cuidado con la hoguera que enciendes a tu enemigo, no sea que te chamusques a ti mismo.
- No hay nada tan común, como el deseo de ser elogiado.
Todas las anteriores frases y otras más se desprenden del contenido de las obras de Shakespeare; recordemos que la obra de Shakespeare no son libros, sino obras de teatro publicadas en libros. El contenido de sus obras ha sido llevado al cine en Hollywood y se dice que muchos de sus argumentos han sido base de más películas y una que ha recibido un Óscar es “Shakespeare enamorado”. Aparte, sus obras han sido traducidas a cerca de noventa idiomas.
Bien dice el escritor Christiane Zschirnt, en los libros que hay que leer “que en las obras de Shakespeare al final de las tragedias mueren todos sus protagonistas, las comedias acaban con el matrimonio de todos, en el desenlace de las piezas históricas alguien es coronado y algún otro muere por ello, y al término de los romances se arregla todo… “
Shakespeare nos legó lo siguiente antes de morir:
“Antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive”.
“Ser o no ser, es la cuestión” es la primera frase del monólogo de Hamlet: como se debe afrontar la vida y el destino, apartando las tentaciones de las salidas fáciles y aceptando la realidad tal como es, sin duda alguna… porque NADA DURA PARA SIEMPRE.