Por: Hervey Rivera
Sven Olof Joachim Palme fungió en dos ocasiones como primer ministro en su país, de 1969 a 1976 y de 1982 a 1986, el año de su asesinato.
Presidió el Partido Socialdemócrata Sueco –de izquierda– desde 1969 hasta 1986 y fue vicepresidente de la Internacional Socialista desde 1973, esta agrupación reúne a los partidos socialdemócratas, socialistas y laboristas del mundo.
Palme asumió una postura crítica tanto con los Estados Unidos como con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética en el contexto de la guerra fría en temas de armamentismo, respeto a los derechos humanos y apoyo a los países en desarrollo.
Esta postura le acarreó innumerables antipatías de ambas potencias. Entre sus acciones que rompían con la visión bipolar de la época se encuentran: su visita como primer mandatario europeo a Cuba en la época revolucionaria de la isla, condenó el apartheid en Sudáfrica, las dictaduras en Chile y España en las épocas de Augusto Pinochet y Francisco Franco, respectivamente; entre otras.
El político sueco se caracterizó por apoyar en pacifismo en un momento de tensiones militares incluso a nivel nuclear, su discurso a favor del desarme era políticamente incorrecto y con altos valores éticos.
El asesinato de Palme implicó la mayor investigación policiaca de las autoridades suecas, dos años después del magnicidio la policía arrestó a Christer Pettersson como el presunto asesino del primer ministro.
Las evidencias no resultaron contundentes y el Tribunal sueco liberó al inculpado. El arma que se usó en el hecho nunca fue encontrada. La investigación sobre el magnicidio se estancó. Las más diversas hipótesis circularon en revistas, periódicos y noticieros: desde un plan de grupos extremistas de la derecha sueca; de un grupo de militantes del partido del trabajo de Kurdistán; un operativo de los servicios secretos sudafricanos por la oposición del político sueco al apartheid, un acto del grupo terrorista alemán Baader-Mein hof; una conjura como resultado de los servicios secretos chilenos por el gran número de refugiados de aquel país que Suecia aceptó durante la dictadura de Pinochet; como obra de la CIA, Mossad o KGB; incluso se señaló la posibilidad que un submarino soviético trasladó hasta Estocolmo al grupo que perpetró el asesinato.
Todas las anteriores fueron hipótesis que revelaban la complejidad de una investigación en la que no solo las autoridades policías y judiciales intervinieron sino hasta tres comisiones que se crearon al interior del Parlamento sueco para dar seguimiento al caso.
Como lo señalan las leyes suecas en la materia, la investigación sobre el magnicidio prescribía en 2011 puesto que se contemplan 25 años para delitos de este tipo. Sin embargo, por la relevancia del caso y al no encontrarse aún a los responsables del suceso, en 2010 el Parlamento suprimió la prescripción del mismo.
En 2018 el periodista sueco Jan Stocklassa publicó el libro: “El archivo Stieg Larsson. La clave del asesinato de Palme”, que nuevamente puso la atención al caso.
El texto es un relato sobre los archivos personales e investigación del asesinato de Palme que efectuó el también periodista y novelista sueco Stieg Larsson, quien fue conocido por su trilogía de novelas Millennium, que fueron publicadas de manera póstuma, pues falleció en 2004: Los hombres que no amaban a las mujeres (2005), La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (2006) y La reina en el palacio de las corrientes de aire (2007).
El libro es excepcional y muestra cuánto avanzó por su cuenta Larsson en su investigación sobre el caso. El pasado miércoles 10 de junio el Fiscal de Justicia de Suecia, Krister Petersson, anunció la identidad del asesino del primer ministro en 1986: Stig Engström, denominado “El hombre de Skandia”, publicista que trabajaba en una oficina cerca del lugar de asesinato con entrenamiento en armas de fuego, quien en un inicio colaboró como testigo en el caso y se suicidó en 2000: “Como la persona ha fallecido, no puedo presentar cargos en su contra y he decidido suspender la investigación.
En mi opinión, Stig Engström es el principal sospechoso. Mi evaluación es que, después de más de 34 años, es difícil creer que cualquier investigación adicional nos brinde nuevos detalles y, por lo tanto, creo que hemos llegado tan lejos como cabría esperar.”
Más de tres décadas después queda aclarado –en parte– uno de los sucesos más traumantes de la historia en Suecia, Hans Melander, el líder de la investigación declaró: “Es, con mucho, la investigación criminal más grande de Suecia y a veces se compara con el asesinato de JFK y el bombardeo de Lockerbie. Ha estado en curso desde 1986 y contiene 22,430 puntos de interés diferentes.
Se incluyen 90,000 personas en la investigación preliminar de las cuales se nombran 40,000. Más de 10,000 personas han sido entrevistadas, muchas de ellas varias veces. Se investigaron más de 4,000 vehículos. Y 134 personas han confesado haber cometido el asesinato, incluyendo 29 directamente a la policía”.