Antes de entrar en los detalles de las cifras,
déjeme explicarle acerca de la pobreza laboral
en nuestro país, cómo se mide y qué nos indican
los rubros de los informes periódicos en esta materia.
Manuel Martínez Benítez / @manuelmtzb
En la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), que fue aprobada en 2004 por el Congreso de la Unión, se estableció que la medición de la pobreza se debería hacer a nivel nacional cada dos años, utilizando información del Inegi.
Así, el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza es un indicador que estima el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de forma trimestral, con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Esto permite dar seguimiento trimestral a la evolución del ingreso laboral y su relación con el costo de la canasta alimentaria, lo que a su vez propicia la obtención del porcentaje de pobreza laboral.
Ahora sí, analicemos el detalle de los indicadores.
El Coneval, en su reciente reporte respecto a la medición de la pobreza laboral en México, afirma que entre el primer trimestre de 2023 y el mismo lapso de 2024, el porcentaje de la pobreza laboral presentó una disminución a nivel nacional de 1.9 puntos porcentuales al pasar de 37.7% a 35.8%.
El nivel observado en el primer trimestre de 2024 es inferior al de la pobreza laboral reportado previo a la pandemia de COVID-19.
La reducción anual de la pobreza laboral en el primer trimestre de 2024, señala el Coneval, ocurrió por un aumento en el empleo (628.8 mil personas más), así como un incremento en el ingreso laboral real per cápita de 7.2%, lo que contrasta con el aumento en el costo de la canasta alimentaria que es superior a la inflación anual.
Asimismo, establece que, en el primer trimestre de 2024, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de 7 mil 318.09 pesos al mes.
De estas cifras, los hombres ocupados reportaron un ingreso laboral real mensual de 8 mil 29.47 pesos y las mujeres de 6 mil 296.22 pesos reales; lo que nos expone la brecha en el ingreso laboral que aún persiste por sexo, toda vez que los hombres ganan más, en promedio, un tercio más que las mujeres.
El ingreso laboral real per cápita tuvo un incremento anual de 7.2%, al pasar de 3 mil 58.60 pesos a 3 mil 277.58, entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024.
Es importante destacar que en el reporte del organismo, respecto a la situación de formalidad, la población ocupada con empleo que brinda prestaciones reportó, en el primer trimestre de 2024, un ingreso laboral mensual de 10 mil 280.68 pesos, mientras que para sus pares informales fue de 5 mil 51.33.
Esta brecha muestra que los ingresos laborales de los ocupados formales equivalen a más del doble de los ingresos laborales de los ocupados informales:
Vale la pena considerar que la economía en la que lamentablemente el empleo informal se presenta como una opción para aquellas personas que no encuentran una oportunidad en el sector formal.
En 25 de las 32 entidades federativas se presentó una reducción de la pobreza laboral entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024.
Entre las entidades federativas destacan Campeche con 7.3 puntos porcentuales; Veracruz con 6.6, así como San Luis Potosí con 6.5.
En contraste, las tres entidades con mayor aumento durante el mismo periodo fueron Hidalgo con 7.3 puntos porcentuales, Baja California con 2.9 y Oaxaca con 2.5.
De acuerdo con un análisis elaborado por Mundo Ejecutivo, se desprende que el estado de Puebla se ubicó entre los ocho estados donde aumentó la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, con respecto al cuarto trimestre del 2023.
Según las cifras del propio Coneval, ese incremento fue del 0.6 por ciento.
A partir de las cifras y porcentajes ya mencionados, que pongo a su consideración y análisis, sin duda es de resaltar la importancia que tendrán las políticas públicas que establezcan las próximas autoridades federales y estatales para tratar de brindar oportunidades de desarrollo y progreso social más equitativas e incluyentes.
La pobreza rural y la pobreza urbana requieren diferentes acciones, la población en ambas busca un mismo objetivo: mejores oportunidades de bienestar.