Palabra de mujer
Rocío García Olmedo
Llegamos a la Navidad de 2020, que será recordado como el año en que la humanidad ha vivido una de las mayores tragedias de salud en el mundo. Tragedia que no concluye aún. Ese enemigo invisible llamado SARS-CoV-2 sigue aquí.
En 2019, para estas fechas nos preparábamos a recibir la Navidad, no hubiésemos imaginado que un año después estaríamos conociendo de cifras dramáticas de personas fallecidas: más de un millón y medio en el mundo, 117 mil 876 en México y 5 mil 648 en Puebla por esta pandemia y contando.
Ningún país estaba preparado para enfrentar una pandemia como la que vivimos, pero otros la pudieron ir controlando de mejor manera desde el inicio. México no fue el caso, lo peor: siguen negando la evidencia. Y las secuelas de esta crisis todavía están por venir.
Hace poco, en un conversatorio virtual que tuve la oportunidad de escuchar, varios historiadores hicieron el recuento de las pandemias que ha vivido nuestro país.
Rrecordaron la viruela, el sarampión en 1531, el cocoliztli en 1545, el cólera en 1833 que la historia registra que llegó a la ciudad de Puebla (Santiago Aparicio, 2020).
“En marzo, abril y mayo de 1833, el ayuntamiento de Puebla, al enterarse de que el cólera había llegado a Tampico, le escribió al gobierno federal para solicitarle que todos los barcos que llegaran a ese puerto, provenientes de la ciudad de Nueva Orleans, Estados Unidos, donde la enfermedad estaba causando muchos estragos, mantuvieran a sus tripulantes e hicieran cuarentenas y no bajaran de los navíos”, afirma el historiador Santiago Aparicio. Murieron cuatro mil personas, de una población estimada de 40 mil.
El virus de la influenza provocó una pandemia en 1918. Y tenemos muy fresco el daño de la de 2009, “de origen zoonótico; de la más reciente, su origen lo ubican en tres espacios: Canadá, Estados Unidos y en Perote, Veracruz; se le atribuyó a México” (Cano Sánchez, 2020).
La fiebre amarilla en 1920, que se manifestó en zonas selváticas y en la península de Yucatán es otro azote. El entonces presidente Venustiano Carranza invitó al médico japonés Hideyo Noguchi para que colaborara en la lucha contra esta enfermedad (Hernández Galindo, 2020).
La historia registra alrededor de 100 pandemias en nuestro país.
Los expertos mencionan que atender la actual pandemia obliga observar cómo fue que salimos de otras cuando se presentaron. Ahí la importancia de cambiar los patrones de las relaciones sociales, implementar estrategias adaptativas, medidas de contención, cortar los mecanismos de transmisión que causan la movilidad de las personas.
Hoy los instrumentos para lograr esta transformación –según comentaron los historiadores– son la política, la tecnología, la educación, la capacitación y la ciencia (Latapí Escalante, 2020).
De lo que se trata es de reducir el número de contagios entre tanto se inicia el proceso de vacunación, que de origen no será suficiente, de manera que para estas fechas, un año después, nos estemos preparando para recibir la Navidad, recordando juntos esta experiencia que nos ha tocado vivir. Recordando también a las personas fallecidas pero con una pandemia para entonces contenida.
Si todos ponemos nuestra parte, saldremos seguros de esta pesadilla. ¡Feliz Navidad!