El pulque, bebida con 6 mil 500 años de antigüedad que se originó en la región de Tehuacán, produjo en todas las lenguas prehispánicas un léxico y toda una cultura. De ese vocabulario, el investigador independiente Gerardo Bravo Vargas registró durante 14 años mil palabras que compendia en el Diccionario de la cultura del maguey y el pulque.
“Excepto en Baja California Sur y en Yucatán, en el resto del territorio que ahora es México se produjo pulque”, aseguró el autor durante la presentación del libro que publica la Secretaría de Cultura de Puebla.
En el restaurante “El mural de los poblanos” –donde se ofrece un menú a base de pulque–, Bravo Vargas mostró algunos de los utensilios de la cultura del maguey, como el “ocaxtle”, una cuña de obsidiana utilizada para raspar el “cajete” –corazón– de la planta.
En Coahuila y Nuevo León, la cultura del maguey estuvo muy arraigada porque el corazón y las pencas se usaban como alimento, agregó.
En Michoacán y Guanajuato también hubo gran uso del maguey y por ello hay palabras en el Diccionario de origen tarasco, además de zapoteca, mixteco náhuatl y otomí. Precisó que la primera gran región productora de pulque fue el Altiplano, que comprende Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala y Chignahuapan, Puebla; la segunda gran zona productora fue Cholula.